La aflicción se hace presente
en la prueba del Señor,
pero si crees en su poder,el dolor se desvanece;
porque en Jesucristo obra el amor.
Si proyectas tus fuerzas en Jesús de Nazaret:
el huracán se vuelve brisa;
en la tempestuosa noche,la luz de Cristo es nuestra fe;
y, es que, lo imposible logra Dios,con su mano milagrosa.
Amén.
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