La grandeza universal
se manifiesta en un orden Cristocéntrico;
su arquitectura, coincidente con lo causal,
es la piedra del angulo, que perfecciona lo eterno.
En la Omnipresencia de Jesucristo,
se muestra transparente la Unicidad,
del glorioso Señor ubicuo,
que gobierna en Majestad.
En la penumbra obra nuestro pensamiento,
sino hemos entendido,
que en la Gracia de Cristo,
todo su poder, nos es sobrevenido.
Si el camino, es en Cristo:
espiritualmente
eres luz del infinito;
y a la Nueva Jerusalén llegarás gloriosamente.
El Señor es la verdad,
y su Evangelio instruye tu corazón.
Adora a Jesucristo en espiritual potestad,
para que la Gloria del Universo cante tu salvación.
Amén ¡Aleluya!
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