100 Poesias en Cristo

martes, 22 de julio de 2025

Como los repartimientos de las aguas, así está el corazón del rey en la mano de Jehová; a todo lo que quiere lo inclina.
Todo camino del hombre es recto en su propia opinión; pero Jehová pesa los corazones.
Hacer justicia y juicio es a Jehová más agradable que sacrificio.
Oh mi Cristo, es en tu excelsa diestra, el manifiesto origen del mandato que siempre culmina.
En el ser humano veleidoso, no ha lugar el punto de sazón; pero Jehová jamás hará acepción de personas, cuando en el día postrero derrame sus prodigiosas bendiciones.
La totalidad de las almas, sin excepción, fueron con su inmolación redimidas por el Todopoderoso Señor y Salvador Jesucristo.
Paz de Cristo

Misericordia y verdad guardan al rey, y con clemencia se sustenta su trono.
La gloria de los jóvenes es su fuerza, y la hermosura de los ancianos es su vejez.
Los azotes que hieren son medicina para el malo, y el castigo purifica el corazón.
Oh mi Cristo, es tu perfecta justicia, la que guarda el antagonismo con lo ancestralmente profano.
La fuerza de la juventud, se ve equilibrada como antesala de la sensatez.
Responded enfaticamente al anacronismo tradicional, con la Cristocéntrica unción.
Paz de Cristo

Lazo es al hombre hacer apresuradamente voto de consagración, y después de hacerlo reflexionar.
El rey sabio avienta a los impíos, y sobre ellos hace rodar la rueda.
La lámpara de Jehová es el espíritu del hombre, la cual escudriña lo mas profundo del corazón.
Oh mi Cristo, si tu genuino siervo hiciere demérito de su unción se lo vas a demandar.
Lo más definitorio se ve en el semblante de los sépticos; y para tu gloria, oh Señor, esta es la mayor prueba.
Sí, porque Dios ve lo que emana de tu interior raigambre, al palpar con su discernimiento el pensamiento y la intención.
Paz de Cristo

No digas: Yo me vengaré; espera a Jehová, y él te salvará.
Abominación son a Jehová las pesas falsas, y la balanza falsa no es buena.
De Jehová son los pasos del hombre; ¿Cómo, pues, entenderá el hombre su camino?
Oh mi Cristo, el verdadero siervo, únicamente en tu santo nombre creerá.
Porque sólo morará en en la bendita gloria el alma santa.
El que no se extraviare de la senda sagrada, verá la santísima faz del Soberano Señor Altísimo.
Paz de Cristo

El que anda en chismes descubre el secreto; no te entremetas, pues, con el suelto de lengua.
Al que maldice a su padre o a su madre, se le apagará su lámpara en obscuridad tenebrosa.
Los bienes que se adquieren de prisa al principio, no serán al final bendecidos.
Oh mi Cristo, al siervo que Tú has bendecido, no se dejará permear por la chusma abyecta.
El que no honra a su singular ascendiente, verá apagarse la lámpara más portentosa.
Cuando ancha es la senda al inicio, andarás desorientado por las encrucijadas de los tortuosos caminos.
Paz de Cristo

Quítale su ropa al que salió por fiador del extraño, y toma prenda del que sale fiador de los extraños.
Sabroso es al hombre el pan de mentira; pero después su boca sera llena de cascajo.
Los pensamientos con el consejo se ordenan; y con dirección sabia se hace la guerra.
Oh mi Cristo, tu digno siervo será fiel a cualquier pacto; pero pon en cuarentena los mundanos pactos.
El imprudente ante lo falsario se encandila, pero su final inevitable es el fracaso.
Las imprudencias cualquier plan afean; pero habrá victoria, oh Señor, en los que sigan los preceptos de tu excelsa diestra.
Paz de Cristo

La Biblia enseña: Pero el entendimiento de ellos se embotó; porque hasta el día de hoy, cuando leen el antiguo pacto, les queda el mismo velo no descubierto, el cual por Cristo es quitado.
Y aún hasta el día de hoy, cuando se lee a Moisés, el velo está puesto sobre el corazón de ellos.
Pero cuando se conviertan al Señor, el velo se quitará.
Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad.
Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor.
Oh mi Cristo, el corazón de tu genuino siervo traspasará por la gracia del Espíritu, el glorioso umbral solícito al bienaventurado.
Sin embargo, para el biblicamente indocto, no han tenido transcendencia, oh Cristo Redentor, tus señales y milagros.
Tú, oh Sumo Salvador Jesucristo, eres el autor y consumador de la fe; y el que en tu santo nombre no creyere irá a condenación; porque jamás su alma se salvará.
Oh Rey de reyes, en tu Evangelio de la gracia, se substancia la unica y santísima verdad.
Porque la santidad en el nombre de Jesus, es la que te permitirá morar en su gloria; y es que, en el universo no existe otro gran Yo Soy que propicie tu resurrección en el día postrero; pero únicamente se consumará, en el que hubiere perseverado en ser su perfecto e inconmensurable adorador.
Paz de Cristo