100 Poesias en Cristo

martes, 28 de octubre de 2025

Las riquezas traen muchos amigos; mas el pobre es apartado de su amigo.
El testigo falso no quedará sin castigo, y el que habla mentiras no escapará.
Muchos buscan el favor del generoso, y cada uno es amigo del hombre que da.
Oh mi Cristo, del gozo espiritual hablan tus preceptos bíblicos; mas los que obstentan la riqueza material viven al margen de este principio.
El falsario pende irremisiblemente del abismo, y el que se jacta de ello perecerá.
La mayoría buscan la generosidad del piadoso, y con él fingen tener meridiana amistad.
Paz de Cristo

Mejor es el pobre que camina en integridad, que el perverso de labios y fatuo.
El alma sin ciencia no es buena, y aquel que se apresura con los pies, peca.
La insensatez del hombre tuerce su camino, y luego contra Jehová se irrita su corazón.
Oh mi Cristo, el pobre de espiritu se reviste de piedad; ese es el camino que no sigue el inicuo.
El que no tiene conciencia cristiana, y el que se rige por las insensateces lleva una vida hasta el extremo hueca.
Atrabiliario es el ser torticero, y al abismo le aboca su sinrazón.
Paz de Cristo

El que halla esposa halla el bien, y alcanza la benevolencia de Jehová.
El pobre habla con ruegos, mas el rico responde durezas.
El hombre que tiene amigos ha de mostrarse amigo; y amigo hay más unido que un hermano
Oh mi Cristo, la perfecta esposa es el culmen, al ser tu excelsa diestra en su gloriosa manifestación doctrinal.
El bendito clama a los cielos; mas en el imprudente sus verbalizaciones son abyectas.
El amor sin fingimiento es preceptivamente bíblico; y jamás tendrá fisuras en el considerado santo.
Paz de Cristo

El hermano ofendido es más tenaz que una ciudad fuerte, y las contiendas de los hermamos son como cerrojos de alcazar.
Del fruto de la boca del hombre se llenará su vientre; se saciará del producto de sus labios.
La muerte y la vida están en poder de la lengua, y el que la ama comerá de sus frutos.
Oh mi Cristo, nada ha entendido de tu perfecto sacrificio el que se ofende; y por lo mismo, no ha interiorizado la grandiosa doctrina de amar.
La gracia celestial en el probo siervo es la que siempre interviene; y será corroborado por sus sobrenaturales milagros.
Imprevisibles son las ociosas disertaciones en que permanentemente divaga, e infrucruosos son sus obsoletos discursos.
Paz de Cristo

La dádiva del hombre le ensancha el camino y le lleva delante de los grandes.
Justo parece el primero que aboga por su causa; pero viene el adversario, y le descubre.
La suerte pone fin a los pleitos, y decide entre los poderosos.
Oh mi Cristo, la majestuosa dádiva viene de lo alto, y por ella recibe el hombre espirituales bendiciones.
Insólito es el caso del ser humano que se ajusta a la Sagrada Palabra; porque la necedad todo lo encubre.
El azar es causal al definir los hechos, y dicta una justicia sobrevenida de los mismos cielos.
Paz de Cristo

Al que responde palabra antes de oír, le es fatuidad y oprobio.
El ánimo del hombre soportará su emfermedad; mas ¿quién soportará al ánimo angustiado?
El corazón del entendido adquiere sabiduría; y el oído de los sabios busca la ciencia.
Oh mi Cristo, la adoración en tu santo nombre es autoperfección en servir; y todo lo demás está en un plano secundario.
Toda prueba ha de gozar en santidad; mas ¿quién de esta gracia será avisado?
El corazón piadoso se reviste de misericordia cada día; y el oído del santo busca la excelencia.
Paz de Cristo

Oh mi Cristo, tu perfecta instrucción bíblica,
no es accesible al errático ser humano.
Y es que, su obstinada carne no la lleva a la práctica,
por la séptica e intrinseca humanidad de su insumisión como profano.
La gracia de Cristo Jesús,
ha de prevalecer en el devenir de la transgresión humana.
Porque sólo tu radiante luz, oh Señor,
la interiorizaremos en el clarear de la mañana.
La sobrenatural noticia es que aún puedes tener un encuentro con el Altísimo Señor Jesucristo,
Él esta llamando a tu propia puerta con persistencia.
Y te invitará a vivir en su Santo Espíritu,
para que en el día postrero, puedas morar con Él en la gloria eterna.
Paz de Cristo