- ¿Hasta cuándo, no apartaras de mí tu mirada, y no me soltarás siquiera hasta que trague mi saliva?
- Si he pecado, ¿qué puedo hacerte a ti, oh Guarda de los hombres? ¿Por qué me pones por blanco tuyo, hasta convertirme en una carga para mí mismo?
- ¿Y por qué no quitas mi rebelión, y perdonas mi iniquidad? Porque ahora dormiré en el polvo, y su me buscares de mañana, ya no existiré.
- Oh mi Cristo, ¿cómo puede atar el alma todos los cabos, y quién la avisa?
- Oh Soberano Redentor, creer en tu santo nombre es una condición insoslayable para la salvación. Pero el atribuirles milagros a millones de imágenes, es la maldición mas séptica en la tierra, al estar supliendo tu bendita presencia, oh Cristo Altísimo.
- Y mimbres celestiales son los que en las pruebas más extremas sustentan a Job; ¿pero cuál es la inconmensurable bendición, que en patéticas circunstancias yo emularé?
- Paz de Cristo
sábado, 31 de mayo de 2025
JOB 7:19-21 EN CRISTO
JOB 7:14-18 EN CRISTO
- Entonces me asustas con sueños, y me aterras con visiones.
- Y así mi alma tuvo por mejor la estrangulación, y quiso la muerte más que mis huesos.
- Abomino de mi vida; no he de vivir para siempre; déjame, pues, porque mis días son vanidad.
- ¿Qué es el hombre para que lo engradezcas, y para que pongas sobre él tu corazón,
- y lo visites todas las mañanas, y todos los momentos lo pruebes?
- Oh mi Cristo, el ser humano anhela con encubrimiento tus bendiciones.
- Y es que, reconoce en su devenir los tiempos más lustroso.
- Las hordas despiadadas están definiendo las pautas mas extremas de la obscenidad.
- El Rey de reyes y Señor de señores, redimió y justificó tu pecado para hacerte libre; pero el hombre se ha empeñado en la apocalíptica disolución, para ver cómo los seres humanos son verdaderamente libres.
- Paz de Cristo
JOB 7:11-13 EN CRISTO
- Por tanto, no refrenaré mi boca; hablaré en la angustia de mi espíritu, y me quejaré con la amargura de mi alma.
- ¿Soy yo el mar, o un monstruo marino, para que me pongas guarda?
- Cuando digo: Me consolará mi lecho, mi cama atenuará mis quejas.
- Oh mi Cristo, Tú todo lo has diseñado para la salvación del que te ama.
- Tu probo discípulo anhela salvar su alma.
- Y a Él has de elevar todas las glorias.
- Paz de Cristo
JOB 7:7-10 EN CRISTO
- Acuérdate de mi vida en un soplo, y que mis ojos no volverán a ver el bien.
- Los ojos de los que ven, no me verán más; fijarás en mí tus ojos, y dejaré de ser.
- Como la nube se desvanece y se va, así es el descendiente al Seol no subirá;
- no volverá más a su casa, ni su lugar le conocerá más.
- Oh mi Cristo, santos son los que en tu bendito nombre creen.
- Porque ésta es la sublime espiritualidad de creer.
- Y es que, el que cree en Cristo, en el día postrero con Él resucitará.
- Y el que le invocare, con Él eternamente vivirá.
- Paz de Cristo
JOB 7:4-6 EN CRISTO
- Cuando estoy acostado, digo: ¿Cuándo me levantaré? Mas la noche es larga, y estoy lleno de inquietudes hasta el alba.
- Mi carne está vestida de gusanos, y de costras de polvo; mi piel hendida y abominamable.
- Y mis días fueron más veloces que la lanzadera del tejedor, y fenecieron sin esperanza.
- Oh mi Cristo, en tu Sagrada Palabra está la irrefutable respuesta.
- Porque esta prueba es infernal y me execrable.
- Y no otro, sino el primogénito que resucitó de la muerte, es el que de forma infalible juzga y sentencia.
- Paz de Cristo
JOB 7:1-3 EN CRISTO
- ¿No es acaso brega la vida del hombre sobre la tierra, y sus días como los días del jornalero?
- Como el siervo suspira por la sombra, y como el jornalero espera el reposo de su trabajo,
- así he recibido meses de calamidad, y noches de trabajo me dieron por cuenta.
- Oh mi Cristo, ¿ será sobre tus grandiosas pruebas el juicio del día postrero?
- Ningúna otra sentencia, tendrá el más definitorio y eterno juicio del irreprensible heraldo.
- Porque irremisiblemente, el infierno eterno será para el que mienta.
- Paz de Cristo
SALMO 78:67- 72 EN CRISTO
- Desecho la tienda de José, y no escogio la tienda de Efraín,
- Sino que escogió la tribu de Judá, el monte de Sion, al cual amó.
- Edificó su santuario a manera de eminencia, como la tierra que cimentó para siempre.
- Eligió a David su siervo, y lo tomó de las majadas de las ovejas;
- de tras las paridas lo trajo, para que apacentase a Jacob su pueblo, y a Israel su heredad.
- Y los apacentó conforme a la integridad de su corazón, los pastoreó con la pericia de sus manos.
- Oh mi Cristo, Tú eres el principio y el fin,
- y sólo por tu gloriosa potestad el que creyere en tu santo nombre se salvó.
- El que ha tenido la revelación de tu magnificencia, oh Señor, contigo en tu bendita morada permanece.
- Un pastor singular, oh Eterno, has elegido como atalaya de tus inexpugnables fortalezas,
- con él el remanente que interiorizo la unica y perfecta verdad.
- Porque el gran Yo Soy le validó con su unción, para que retuvieran la genuina corona de los santos.
- Paz de Cristo
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