- Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendra hambre; y el que en mí cree, no tendra sed jamás.
- Mas os he dicho, que aunque me habéis visto, no creéis.
- Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo fuera.
- Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la del que me envió.
- Y esta es la voluntad del Padre, el que me envió: Que de todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite en el día postrero.
- Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquel que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna, y yo le resucitaré en el día postrero.
- Oh mi Cristo, el siervo que ha recibido tu gracia, de esta bendición al mundo dará.
- Pero por vuestros ojos exentos de gracia, al Rey de reyes y Señor de señores no veis.
- Porque del Padre es la gloriosa luz recibida, para creer en el Sumo Redentor Jesucristo, que es el imperecedreo resplandor de eternidad.
- Y es que, no somos nada sin el pan, Cristo, que del cielo descendió.
- Y no otro, sino el que pudo creer en el Todopoderoso Señor y Salvador Jesucristo, este traspasará el umbral del cielo.
- Porque el que discurre por la bendita senda del gran Yo Soy, morará con Él en el Edén del firmamento.
- Paz de Cristo
miércoles, 24 de septiembre de 2025
El PAN QUE NOS SUSTENTA CADA DÍA ES IMPERECEDERO, PORQUE BAJÓ DEL CIELO EN CRISTO JESÚS SEÑOR NUESTRO
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)

No hay comentarios:
Publicar un comentario