Oh Cristo, eterno eres,
en tu Palabra Sagrada.
Por tanto eternidad per se,
para el ser humano inimaginada.
Oh Cristo Jesús, eres eterna substancia de vida;
sin principio, ni fin.
Tu presencia nos guarda,
por la fe que nos hace a ti afín.
Oh Señor Jesucristo, Tú conoces,
a los que en ti confían.
Tus ovejas oyen tu voz en la santa alborada de lo amaneceres,
al vivificar los pastos que las apacentan.
Oh Señor Omnipotente, omnisciente y omnipresente,
todo lo puedes, todo lo sabes y eres ubicuo en el universo.
Nada nos apartará del Dios viviente,
que es el Señor Jesucristo Todopoderoso.
Oh Rey de reyes, la sabiduría,
suple el gran predicamento de lo eterno.
El temor de Jehova, ciñe a nuestra vida la obediencia
del Sagrado Testamento, verso a verso.
Oh Sumo Hacedor, nos hiciste un poco menor que los ángeles;
y fuimos sometidos por la iniquidad.
Invocamos tu Nombre, oh Señor Jesús, clamando la salvación con incensadas oraciones,
para morar con el alto y sublime que habita la eternidad.
Paz de Cristo
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