Seguid la senda de los santos,
en vuestro ministerio.
Guardad en el corazón la pureza de los sentimientos,
que son las vicisitudes superadas en el cumplimiento del Evangelio.
En Cristo, el horizonte está lleno de esperanza,
no exento de aflicción.
El gozo del Señor, siempre será vuestra fortaleza;
porque lo imposible es posible, cuando con desmesura vierte su unción.
Hermano David, hermana Elena, las oraciones de la Iglesia del Señor Jesucristo,
serán vuestro seguro refugio.
Permaneced en la verdad del Santo Espíritu,
que en el Nombre de Jesús, es un sagrado privilegio.
Paz de Cristo
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