Oh Cristo, nada supera el poder de tu amor,
todo se enseñorea en su paz.
Por el Espiritu, revelas la verdad de la Palabra, oh Señor,
que es tu majestuosa eternidad.
Amar es el principio bíblico,
que compendia la inefable sabiduría del Rey de reyes y Señor de señores.
El amor vence a todo lo inicuo,
y es indulgente con las más abyectas depravaciones.
Cristo Jesús, dijo: Si no das tu vida por mí, no eres digno de seguirme.
Amarte, oh Señor Jesucristo, es inequívoca obediencia a tu Sagrada Escritura.
Y que el amor del corazón ferviente,
haya alcanzado la gracia, de ser en Cristo, una nueva criatura.
Nada se sostiene sin amor,
en el siervo del Señor Omnipotente.
Y hasta que sobre el altar de tu alma, no sea derramada la unción del Eterno Creador;
no estará escrito en los cielos, tu bienaventurado nombre.
La salvación es imposible para el hombre,
dijo, el Señor Jesús.
Mas el Cordero inmolado, derramó hasta la última gota de su preciosa sangre,
para que nuestro ser vea su eterna luz.
Paz de Cristo
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