SÉ SIERVO FIEL EN CRISTO

• La Biblia enseña: Han dejado el camino recto, y se han extraviado siguiendo el camino de Balaam hijo de Beor, el cual amó el premio de la maldad, 
• y fue reprendido por su iniquidad; pues una muda bestia de carga, hablando con voz de hombre, refrenó la locura del profeta.
• Estos son fuentes sin agua, y nubes empujadas por la tormenta; para los cuales la más densa oscuridad está reservada para siempre.
• Pues hablando palabras infladas y vanas, seducen con concupiscencias de la carne y disoluciones a los que verdaderamente habían huido de los que vivían en error.
• Les prometen libertad, y son ellos mismos esclavos de corrupción. Porque el que es vencido por alguno es hecho esclavo del que lo venció. 
• Ciertamente, si habiéndose ellos escapado de la contaminaciones del mundo, por el conocimiento del Señor y Salvador Jesucristo, enredándose otra vez en ellas son vencidos, su postrer estado viene a ser peor que el primero.
• Porque mejor les hubiera sido no haber conocido el camino de la justicia, que después de haberlo conocido, volverse atrás del santo mandamiento que les fue dado.
• Pero les ha acontecido lo del verdadero proverbio: El perro vuelve a su vómito, y la puerca lavada a revolcarse en el cieno. 
• Oh mi Cristo, Tú eres la perfecta y única verdad,
• de la gloriosa senda eterna.
• El maligno se hace manifiesto en lo profano e irreverente.
• Y su tergiversación de la Sagrada Palabra, provee la perversión letal del desamor. 
• Y nada le es obstáculo al que en el pozo cenagoso cayó. 
• Y todo se traduce en la muerte espiritual de un entenebrecido desespero.
• Y es que, únicamente el discípulo bienaventurado, 
• recibe la sobrenatural bendición del cielo
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• Oh Cristo Redentor, 
• en tu abominable crucifixión del Calvario, poco antes de expirar, verbalizaste: Consumado es.
• Y a la sazón, ningún ser humano a persuadido a toda la humanidad con tan grandioso amor,
• para que pudiere interiorizar el sublime e indefectible don de la fe.
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• Oh Santo de Israel, 
• la mayor gracia revelada, 
• es la gloriosa e inconmensurable fe,
• para poder traspasar el umbral del alma santificada. 
•         Paz de Cristo