- Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil.
- Padre mío, si no puede pasar de mí está copa sin que yo la beba, hágase tu voluntad.
- Oh mi Cristo, si no permanecemos en la incesante búsqueda de tu bendito rostro, nuestra vida habrá renunciado a tu santo nombre; para vivir en el hedor del mundo estéril,
- subyugados por el oprobio de su carnalidad.
- La Biblia dice: Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman.
- Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie; sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido.
- Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte.
- Oh Alto y Sublime, los que no invocan tu glorioso nombre, por las tinieblas con sus cuerpos rectan;
- porque no han entendido,
- que los que creemos en tu excelsa diestra, hemos vencido al maligno para siempre.
- La Biblia enseña: Amados hermanos míos, no erréis.
- Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación.
- Él, de su voluntad, nos hizo nacer de la palabra de verdad, para que seamos primicias de sus criaturas.
- Velad y orad, y con la protección del Rey de reyes a nada temeréis;
- porque únicamente de su bendición,
- parten todas las glorias futuras.
- La Biblia constata: Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse; porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios.
- Por lo cual, desechando toda inmundicia y abundancia de malicia, recibid con mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas.
- Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos.
- Oh Fiel y Verdadero, nuestro anhelo es que por tu bendita gloria seamos siervos aprobados,
- para vivir en las eternas moradas,
- de los cielos santísimos.
- La Biblia asevera: Sabemos que todo aquel que ha nacido de Dios, no practica el pecado, pues Aquel que fue engendrado por Dios le guarda, y el maligno no le toca.
- Sabemos que somos de Dios, y el mundo entero está bajo el maligno.
- Pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero; y estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Éste es el verdadero Dios, y la vida eterna.
- ¡Tu soberana providencia,
- oh Cristo Altísimo,
- es la única, que con inconmensurable misericordia nos gobierna!
- Paz de Cristo
domingo, 4 de septiembre de 2022
MATEO 26:41,42 EN CRISTO
sábado, 3 de septiembre de 2022
TU SALVACIÓN, SOBRENATURAL GRACIA EN CRISTO
- Oh mi Cristo,
- en tu santo nombre, tenemos la bienaventurada esperanza de ser salvos.
- Pero es la asechanza del maligno,
- la que nos genera la impostura, para someternos y hacernos de él esclavos.
- Oh Santo de Israel,
- Tú viniste a anunciarnos las buenas nuevas de salvación eterna.
- Pero desestimamos el don de la fe,
- y nos revestimos de la sórdida inmundicia.
- Oh Hijo del Hombre,
- traspasar la puerta angosta, conlleva una extrema dificultad.
- Y es que, nuestra salvación nos vendrá dada, oh Señor, por la persistente invocación de tu majestuoso nombre,
- que requiere estar concernidos en la absoluta obediencia a la santísima verdad.
- Oh Cordero inmolado,
- Tú nos enseñaste la piadosa humillación hasta la muerte, y muerte de cruz.
- Redentora fue tu misión, para apartar al impío de su obsceno pecado;
- porque en el obscurantismo, nunca vio luz.
- Oh Alfa y Omega,
- desde tu glorioso santuario, no hubo impedimento para darnos eterna salvación.
- Pero en el celoso cumplimiento de la Sagrada Escritura,
- perseverará hasta el fin, un contrito y humillado corazón.
- Paz de Cristo
ES TU GLORIOSA PRESENCIA LA QUE CONSUELA EL CORAZÓN DE TUS GENUINOS HERALDOS, OH CRISTO
- Oh mi Cristo,
- Tú eres Dios manifestado en carne.
- Y después de tu perfecta obra en la cruz del Calvario;
- por cuanto a todos los pecadores del mundo, redimiste y justificaste, para aquel que creyere en tu santo nombre pudiere en el día postrero salvarse.
- La Biblia dice: Vosotros sois mis testigos, dice Jehová, y mi siervo que yo escogí, para que me conozcáis y creáis, y entendáis que yo mismo soy; antes de mí no fue formado dios, y no lo será después de mí.
- Yo, yo Jehová, y fuera de mí no hay quien salve.
- Yo anuncié, y salvé, e hice oír, y no hubo entre vosotros dios ajeno. Vosotros, pues, sois mis testigos, dice Jehová, que yo soy Dios.
- Oh Santo de Israel, Tú eres el primero y el último, el principio y el fin;
- y a este mundo de tu luz inaccesible viniste,
- para librarnos de nuestros abyectos pecados.
- La Biblia enseña: Este Jesús es la piedra reprobada por vosotros los edificadores, la cual ha venido a ser cabeza del ángulo.
- Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.
- Oh Eterno, nunca podremos ocultar que de Dios eres el Hijo por el siglo y hasta el siglo;
- porque tu nacimiento de la virgen María, oh Soberano Jesús, lo consumó el Santo Espíritu en sus inescrutables designios.
- Jesús, asevera: Yo y el Padre, uno somos.
- Y lo constatable, según la Sagrada Palabra, es que: Si Jehová es el único Dios que salva; y Jesús es el nombre sobre todo nombre, bajo el sol, dado a los hombres en el que podamos ser salvos, es que: Jehová en el Antiguo Testamento, y Jesús en el Nuevo Testamento, es el mismo y único Dios.
- La doctrina de Unicidad, se constituye en irrefutable en estos dos pasajes bíblicos,
- para los que somos tus auténticos hijos consagrados.
- Jesús, dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.
- Si me conocieseis, también a mi Padre conoceríais; y desde ahora le conocéis, y le habéis visto.
- ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos al Padre?
- En nuestro terrenal devenir,
- oh Altísimo Señor Jesucristo,
- tus verdaderos heraldos, predicaremos que Tú eres el único Dios; y por tu majestuoso nombre, oh Cristo Jesús, resistiremos hasta la sangre.
- Paz de Cristo
viernes, 2 de septiembre de 2022
EL BÍBLICO DESIGNIO TE VIVIFICA EN CRISTO
- Oh mi Cristo,
- en un tiempo sobrenatural conocí tu santo nombre.
- Y es que, la majestuosa verdad del Santo Espíritu,
- me llevó al conocimiento del Hijo del Hombre.
- Oh Cristo Redentor,
- Tú nos quisiste hacer partícipes de tu celestial misión: la obra perfecta, oh gran Dios, que consumaste en la cruz del Calvario.
- Oh Rey de reyes, tu santísimo corazón, únicamente daba eternos latidos de amor;
- y para tal gloria, no hubo ningún impedimento en tu glorioso santuario.
- Oh Sumo Creador,
- tu hoja de ruta, ante cualquier infundio, se hizo presente de forma providencial.
- Y no otro, sino su excelso candor,
- lo derramó desde el trono celestial.
- Oh Santo de Israel,
- no sucumbiste ante las perversas encrucijadas de la sépticas e irreverentes hordas.
- Y por ser Tú, el autor y consumador de la fe,
- nos diste inmerecidamente tus más grandiosas glorias.
- Oh Señor de señores,
- el hedor de la vil saña fue nuestra respuesta.
- Y ante tus exultantes misericordias y favores,
- oh Eterno; una ignominia sin precedentes, destruyo tu glorioso templo; y lo reconstruiste al tercer día, para que contigo resucitase toda alma, que a tus pies se postró para ser santa.
- Paz de Cristo
ADECÚA TU ESPÍRITU, ALMA Y CUERPO A LA GRACIA DE CRISTO
- Oh mi Cristo,
- nada supera tu gracia.
- E imbricada en nuestro espíritu,
- nos llevará a una vida excelencia.
- Oh Alto y Sublime,
- el nocturno cielo estrellado, manifiesta inequívocamente la perfección de tu gloria.
- Desborda, oh Señor, a la precaria percepción de nuestra mente;
- porque en su magnificencia soberana, se sustenta en tu inmarcesible memoria.
- Oh Sumo Alfarero,
- en tu sobrenatural rueda, moldeas espíritu, alma y cuerpo al unísono.
- Y por ser el Eterno;
- salvarás, al que en tu majestuoso nombre haya creído, sin el desvarío del ánimo.
- Oh Sumo Hacedor,
- en el espacio universal se cumple inexorablemente tu perfecta sincronía.
- Y es que, oh Rey de reyes, has hecho partícipe de tu grandioso amor,
- al que en tu santo nombre se gloría.
- Oh Fiel y Verdadero,
- en tu Sagrada Palabra se ha dado cumplimiento hasta la última tilde.
- Y será en el día postrero;
- cuando sabremos con certeza, a que piadoso siervo bendice.
- Paz de Cristo
jueves, 1 de septiembre de 2022
EL SER HUMANO SE REGOCIJA EN SU SÉPTICA VANIDAD; SIN EMBARGO, TÚ RESTASTE IMPORTANCIA A TUS SOBRENATURALES MILAGROS, OH CRISTO
- Oh mi Cristo,
- los vivíficos latidos del corazón, muestran audiblemente el milagro de tu magistral obra: el ser humano.
- Y aún el que no cree en tu majestuoso nombre, obvia, oh Señor, la grandiosidad del universo,
- que has creado Tú, oh Santo.
- Jesús, dijo: Ha llegado la hora para que el Hijo del Hombre sea glorificado.
- De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere lleva mucho fruto.
- El que ama su vida, la perderá; y el que aborrece su vida en este mundo, para vida eterna la guardará.
- Si alguno me sirve, sígame; y donde yo estuviere, allí también estará mi servidor. Si alguno me sirviere, mi Padre le honrará.
- Oh Altísimo Cristo,
- ninguno de sus méritos al ser humano para ser salvo le respaldará.
- Es tu preciosa sangre derramada en la cruz del Calvario, oh Rey de reyes, la que por gracia nos salvará.
- Jesús, enseña: Aún por un poco está la luz entre vosotros; andad entre tanto que tenéis luz, para que no os sorprendan las tinieblas; porque el que anda en tinieblas, no sabe a dónde va.
- Entre tanto que tenéis la luz, creed en la luz, para que seáis hijos de luz.
- Oh Alfa y Omega,
- nuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, y potencialmente permeable a la eterna plenitud.
- Jesús clamó y dijo: El que cree en mí, no cree en mí, sino en el que me envió; y el que me ve, ve al que me envió.
- Yo, la luz, he venido al mundo, para que todo aquel que cree en mí no permanezca en tinieblas.
- El que oye mis palabras, y no las guarda, yo no le juzgo; porque no he venido a juzgar al mundo, sino a salvar al mundo.
- El que me rechaza, y no recibe mis palabras, tiene quien le juzgue; la palabra que he hablado, ella le juzgará en el día postrero.
- Porque yo no he hablado por mi propia cuenta; el Padre que me envió, él me dio mandamiento de lo que he de decir.
- Yo sé que su mandamiento es vida eterna. Así pues, lo que yo habló, lo hablo como el Padre me lo ha dicho.
- Oh Cristo Redentor,
- Tú sacrificio en la cruz del Calvario, lo hiciste con excelso amor para redención de todas las almas pecadoras.
- Y nunca, oh Cristo Jesús, tu olor fragante se hizo manifiesto para tanto espíritu moribundo.
- Y es que, tuviste que ser colgado de un madero,
- para a la humanidad redimir; y reconciliar con el Padre a todo humano vil,
- y hasta el extremo corrupto.
- Jesús, constata: Vosotros me llamáis Maestro, y Señor; y decís bien, porque lo soy.
- Pues si yo, el Señor y el Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavaros los pies los unos a los otros.
- Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis.
- De cierto, de cierto os digo: El siervo no es mayor que su señor, ni el enviado es mayor que el que le envió.
- Oh Sumo Hacedor, un día para ti son mil años, y mil años son un día, como el de hoy.
- Sed con la Sagrada Palabra celosos, y de ello nunca desistáis;
- porque de vosotros será salvo, el que en mi santo nombre creyó.
- Paz de Cristo
DERRIBA A MI PASO TODAS LAS BARRERAS INMUNDAS, OH CRISTO
- Oh mi Cristo,
- añade a nuestra estatura un palmo, y veremos la inefable eternidad.
- Porque mediante la fe en el Santo Espíritu,
- alcanzaremos la bienaventurada esperanza de su gloriosa espiritualidad.
- Oh Cristo Jesús,
- la necia veleidad del obscurantismo, nos hace discurrir por sendas erráticas.
- Y es en tu inaccesible luz,
- oh Rey de la gloria, donde serán inexpugnables las almas, al ser por tu multiforme gracia revestidas.
- La Biblia dice: Y habrá allí calzada y camino, y será llamado Camino de Santidad; no pasará inmundo por él, sino que él mismo estará con ellos; el que anduviere en este camino, por torpe que sea, no se extraviará.
- No habrá allí león, ni fiera subirá por él, ni allí se hallará, para que caminen los redimidos.
- Y los redimidos de Jehová volverán, y vendrán a Sion con alegría; y gozo perpetuo será sobre sus cabezas; y tendrán gozo y alegría, y huirán la tristeza y el gemido.
- Oh Fiel y Verdadero, Tú excelsa diestra, por siempre nos guardará.
- Y seremos por tu grandiosa misericordia inmerecidamente bendecidos,
- en el eterno paraíso.
- La Biblia enseña: Consolaos, consolaos, pueblo mío, dice vuestro Dios.
- Hablad al corazón de Jerusalén, decidle a voces que su tiempo es ya cumplido, que su pecado es perdonado; que doble ha recibido de la mano de Jehová por todos sus pecados.
- Voz que clama en el desierto: preparad camino a Jehová; enderezad calzada en la soledad a nuestro Dios.
- Todo valle sea alzado, y bájese todo monte y collado; y lo torcido se enderece, y lo áspero se allane.
- Oh Hijo del Hombre, en tu santo nombre hemos sido regenerados,
- justificados
- y glorificados;
- por el majestuoso derramamiento, en la cruz del Calvario, de tu preciosa sangre.
- La Biblia asevera: Y se manifestará la gloria de Jehová, y toda carne juntamente la verá; porque la boca de Jehová ha hablado.
- Voz que decía: Da voces. Y yo respondí: ¿Qué tenéis que decir a voces? Que toda carne es como hierba, y toda su gloria como flor del campo.
- La hierba se seca, y la flor se marchita, porque el viento de Jehová sopló en ella; ciertamente como hierva es el pueblo.
- Sécase la hierba, narchítase la flor; mas la palabra del Dios nuestro permanece para siempre.
- Oh Santo de Israel, el discípulo probo, en santidad te ha esperado;
- y será en el día postrero,
- con la amada Iglesia su arrebatamiento,
- para vivir contigo, oh gran Dios, en la nueva Jerusalén eternamente.
- Paz de Cristo
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