- Oh mi Cristo,
- Tú eres Dios manifestado en carne.
- Y después de tu perfecta obra en la cruz del Calvario;
- por cuanto a todos los pecadores del mundo, redimiste y justificaste, para aquel que creyere en tu santo nombre pudiere en el día postrero salvarse.
- La Biblia dice: Vosotros sois mis testigos, dice Jehová, y mi siervo que yo escogí, para que me conozcáis y creáis, y entendáis que yo mismo soy; antes de mí no fue formado dios, y no lo será después de mí.
- Yo, yo Jehová, y fuera de mí no hay quien salve.
- Yo anuncié, y salvé, e hice oír, y no hubo entre vosotros dios ajeno. Vosotros, pues, sois mis testigos, dice Jehová, que yo soy Dios.
- Oh Santo de Israel, Tú eres el primero y el último, el principio y el fin;
- y a este mundo de tu luz inaccesible viniste,
- para librarnos de nuestros abyectos pecados.
- La Biblia enseña: Este Jesús es la piedra reprobada por vosotros los edificadores, la cual ha venido a ser cabeza del ángulo.
- Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.
- Oh Eterno, nunca podremos ocultar que de Dios eres el Hijo por el siglo y hasta el siglo;
- porque tu nacimiento de la virgen María, oh Soberano Jesús, lo consumó el Santo Espíritu en sus inescrutables designios.
- Jesús, asevera: Yo y el Padre, uno somos.
- Y lo constatable, según la Sagrada Palabra, es que: Si Jehová es el único Dios que salva; y Jesús es el nombre sobre todo nombre, bajo el sol, dado a los hombres en el que podamos ser salvos, es que: Jehová en el Antiguo Testamento, y Jesús en el Nuevo Testamento, es el mismo y único Dios.
- La doctrina de Unicidad, se constituye en irrefutable en estos dos pasajes bíblicos,
- para los que somos tus auténticos hijos consagrados.
- Jesús, dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.
- Si me conocieseis, también a mi Padre conoceríais; y desde ahora le conocéis, y le habéis visto.
- ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos al Padre?
- En nuestro terrenal devenir,
- oh Altísimo Señor Jesucristo,
- tus verdaderos heraldos, predicaremos que Tú eres el único Dios; y por tu majestuoso nombre, oh Cristo Jesús, resistiremos hasta la sangre.
- Paz de Cristo
sábado, 3 de septiembre de 2022
ES TU GLORIOSA PRESENCIA LA QUE CONSUELA EL CORAZÓN DE TUS GENUINOS HERALDOS, OH CRISTO
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario