- Oh mi Cristo,
- el ser atrabiliario nunca tendrá paz.
- Que no te mueva el impulso primario del instinto,
- sino la obediencia a la bíblica verdad.
- Oh Alto y Sublime,
- los sentidos del hombre están viciados por la inmunda emulación.
- Y solo la llenura del Santo Espíritu, de tan séptica conducta te exime,
- para que la santidad liberte a tu errático corazón.
- Oh Altísimo Señor,
- no nos reiteraremos lo suficiente, para interiorizar en nuestras disolutas almas, oh Cordero inmolado,
- la majestuosa lección de tu excelso e inconmensurable amor;
- cuando en la cruz del Calvario, verbalizaste: Consumado es; para que todo inicuo corazón, se tornara bienaventurado.
- Oh Hijo del Hombre,
- tu muerte, sepultura y resurrección han dado una inmensa vuelta de tuerca a la impiedad.
- Y es en la invocación de tu glorioso nombre,
- donde se ha hecho manifiesta la humana santidad.
- Oh Todopoderoso Señor y Salvador Jesucristo,
- la incredulidad es el demonizado pensamiento del profano.
- Y será por el poder del Espíritu;
- la conversión del que no creyó, en un genuino santo.
- Paz de Cristo
lunes, 5 de septiembre de 2022
HAZ DE TU BIENAVENTURADA ESPERANZA MI FIEL CONSEJERA, OH CRISTO
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