- Oh mi Cristo,
- el celestial misterio es que por obra del Santo Espíritu, Tú eres Dios manifestado en carne.
- Y porque es inescrutable la concepción del Hijo;
- se nos revela en Él la invisible divinidad del Padre.
- Jesús, dijo: Yo te alabo, oh Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y entendidos, y las has revelado a los niños. Sí, Padre, porque así te agradó.
- Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre; y nadie conoce quien es el hijo sino el Padre; ni quien es el Padre, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar.
- Oh Cristo Altísimo, por tu Sagrada Palabra el universo se creó;
- y nadie fuera de tu santo nombre, podrá su alma salvar.
- Jesús, constata: Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere; y yo le resucitaré en el día postrero.
- Escrito está en los profetas: Y serán todos enseñados por Dios. Así que, todo aquel que oyó al Padre, y aprendió de él, viene a mí.
- No que alguno haya visto al Padre, sino aquel que vino de Dios; éste ha visto al Padre.
- Oh Fiel y Verdadero,
- Tú eres el principio y el fin;
- y es en la inexpugnable fortaleza de la Roca, donde con absoluta seguridad podré resguardarme.
- Jesús, enseña: De cierto, de cierto os digo: El que cree en mí, tiene vida eterna.
- Yo soy el pan de vida.
- Únicamente por tu excelsa diestra,
- nuestra alma será bendecida.
- Jesús, asevera: Si me amáis, guardad mis mandamientos.
- Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre; el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros.
- Todavía un poco, y el mundo no me verá más; pero vosotros me veréis; porque yo vivo, vosotros también viviréis.
- En aquel día vosotros conoceréis que estoy en mi Padre, y vosotros en mí, y yo en vosotros.
- El que tiene mis mandamientos, y los guarda, éste es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él.
- Oh Todopoderoso Señor y Salvador Jesucristo, de tu Escritura Sagrada estamos sedientos,
- porque somos tus genuinos siervos.
- Y siempre estaréis,
- en el Evangelio de la gracia inmersos;
- por ser hijos de luz, en la Cristocéntrica fe.
- Paz de Cristo
domingo, 18 de septiembre de 2022
LA DOCTRINA DE UNICIDAD ES CRISTOCÉNTRICA
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