- Oh mi Cristo,
- tu perfecto sacrificio en la cruz del Calvario me libertó.
- De la séptica inmundicia; no otro, sino el Santo Espíritu,
- con su sobrenatural unción me purificó.
- Oh Santo de Israel,
- Tú viniste a deshacer las obras del diablo.
- Y es que, el maligno no puso techo a su acción abominable en el día aquel;
- pero no existe un perdón mayor, que la oración de gloria elevada a tu trono eterno.
- Oh Sumo Redentor,
- todo el que recibe de gracia, da de gracia.
- E interioriza el excelso amor,
- para el espiritual deleite del alma santa.
- Jesús, dijo: Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.
- Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.
- Oh Alto y Sublime, en tu majestuoso nombre, siempre nos hemos de gloriar.
- Y el quebrantamiento de espíritu, oh Señor, será nuestro sacrificio de santísima alabanza.
- Oh Alfa y Omega,
- solo tus verdaderos hijos morarán en la gloriosa eternidad.
- Y verán, oh Rey de la gloria,
- tu excelsa faz.
- Paz de Cristo
miércoles, 14 de septiembre de 2022
SÉ LIBRE EN CRISTO
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