- Oh mi Cristo,
- es imposible encontrar candor en los trapos de inmundicia.
- Porque el pagano que se extravío del camino,
- vive sumido en la estulticia.
- Oh Hijo del Hombre,
- el fariseo se empecina en la letal blasfemia.
- Y porque nunca le fue revelado, oh Señor, tu santo nombre,
- hace escarnio de la evangelizadora esencia.
- Oh Santo de Israel,
- en la distorsión espuria de tu Sagrada Palabra, se hace manifiesta la sordidez profana.
- Y la vileza de su ser,
- pretende destruir la gloriosa fe cristiana.
- Oh Alto y Sublime,
- anatema es la idolatría; y la Biblia deja constancia escrita de ella, en múltiples versículos.
- Pero el falso cristiano que se cree esta mentira infame;
- no ha entendido los sagrados principios bíblicos.
- Oh Sumo Alfarero,
- en tu rueda, hiciste vasos perfectos.
- Sin embargo, muchos se volvieron indignos; y será en el día postrero,
- cuando tendrán que dar cuenta de sus exabruptos blasfemos.
- Paz de Cristo
viernes, 9 de septiembre de 2022
LA BLASFEMIA, INIQUIDAD RECURRENTE DEL INMUNDO, OH CRISTO
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