- Oh mi Cristo,
- toda tiniebla se disipa ante tu admirable luz.
- Y por el poder del Santo Espíritu,
- hemos tornado lo inmundo en gloriosa plenitud.
- Oh Eterno,
- los que estamos en la carne, adolecemos del espiritual conocimiento;
- porque no conocemos el letal infierno,
- pero tampoco el glorioso firmamento.
- Oh Santo,
- el mayor impacto en nuestras vidas, fueron tus sobrenaturales milagros.
- No cabe en nuestra cabeza tan repentino sobresalto;
- como es el insólito acontecimiento de dar vida a los muertos.
- Oh Rey de reyes y Señor de señores,
- solo Tú conoces los misterios de la vida y de la muerte.
- Sin embargo, has derramado sobre la escéptica humanidad tus grandiosos favores,
- y los han obviado obscenamente.
- Oh Fiel y Verdadero,
- existen multitud de ovejas dispersas, que no se han guardado en tu redil.
- Pero será en el día postrero,
- cuando gustarán de la muerte, por no haberse arrepentido de su vida ociosa y vil.
- Paz de Cristo
miércoles, 28 de septiembre de 2022
LAS TINIEBLAS NO RESISTEN TU MAJESTUOSA LUZ, OH CRISTO
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario