- Oh Cristo Jesús,
- Tú viniste a deshacer las obras del diablo.
- Y en tu santo nombre, la horrenda tiniebla se vuelve luz;
- porque restaña las heridas del alma, con las que fuimos rehenes del obscuro abismo.
- Oh Sumo Hacedor,
- por la senda angosta nunca te abordará la asechanza del maligno.
- Y es que, la grandiosidad del amor,
- no obra en su letal destino.
- Oh gran Dios,
- nuestro cuerpo es templo del Santo Espíritu.
- Y por la Sagrada Palabra hemos sido engendrados,
- para que nuestro regocijo permanezca en la gloria del Altísimo.
- Oh Santo de Israel.
- anhelamos cada día tu sobrenatural unción.
- Y porque al escudriñar la Sagrada Escritura, sobredimensionamos la fe,
- podemos palpar con el espíritu la eterna salvación.
- Oh gran Yo Soy,
- de tu gracia recibiremos hasta el último segundo de nuestra existencia.
- Y proyecto, oh Señor, en tu eterno hoy;
- la ferviente invocación Cristocéntrica que es proclamada hasta lo último del universo, por la poesía que loa tu santísima presencia.
- Paz de Cristo
miércoles, 21 de septiembre de 2022
PURIFICA MI ALMA CON TU GRACIA, OH CRISTO
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