- Oh mi Cristo,
- todo ser creado es perfecto en tu glorioso nombre.
- Y nunca hizo acepción de personas tu Santo Espíritu,
- oh Hijo del Hombre.
- Oh Alto y Sublime,
- suspendidos estamos en la universal inmensidad.
- Y, oh Señor, es tu mimbre invulnerable,
- el que nos sustenta en la perfecta verdad.
- Oh Sumo Alfarero,
- en un insondable misterio, se autodefinen los vasos de honra y de deshonra.
- Y Tú, oh Rey de reyes, as considerado igual al primero y al postrero;
- pero de la abundancia del corazón habla la boca.
- Jesús, enseña: Os lo he dicho, y no creéis; las obras que yo hago en nombre de mi Padre, ellas dan testimonio de mí; pero vosotros no creéis, porque no sois mis ovejas, como os he dicho.
- Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna; y no pereceran jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano.
- Oh Altísimo Cristo,
- únicamente el que va asido de tu gloriosa mano, es el que en santidad ha permanecido.
- Jesús, enfatiza: ¿Quién es mi madre, y quiénes son mis hermanos?
- He aquí mi madre y mis hermanos.
- Porque todo aquel que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ese es mi hermano, y hermana, y madre.
- Oh Fiel y Verdadero, tus genuinos hijos santos,
- son los que indefectiblemente están en tu majestuoso nombre consagrados;
- y rinden adoración al que por los siglos es el eterno Padre.
- Paz de Cristo
lunes, 12 de septiembre de 2022
TU JUSTICIA NO HACE ACEPCIÓN DE PERSONAS, OH CRISTO
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