- No estés en el equívoco,
- únicamente hay una Iglesia verdadera.
- Y en las nubes la arrebatará Cristo;
- estando sus genuinos siervos, vivos o muertos, en cualquier lugar de la tierra.
- Oh Hijo del Hombre,
- tu amada Iglesia, en el arrebatamiento, ha de estar vestida de lino fino, sin arruga y sin mancha.
- Y tan inconmensurable será su fe en el nombre que es sobre todo nombre,
- que podrá ver, oh Señor, tu faz santa.
- Oh Rey de reyes,
- el grandioso anhelo de tus auténticos siervos, se fundamenta en adorara tu rostro en la nueva Jerusalén celestial.
- Y nos seguirán, oh gran Dios, tus prodigios y señales,
- para traspasar el glorioso y eterno umbral.
- Oh Alto y Sublime,
- ¡oh eterna gloria!
- No hay mayor regocijo que contemplar sus calles de oro, guardados en el Omnipotente;
- porque ellas darán testimonio de tu coronación en victoria.
- Oh Fiel y Verdadero,
- no por obra de varón, sino por tu Sagrada Palabra fuimos engendrados como hijos de luz.
- Y el sublime galardón del día postrero,
- será ver al Señor y Todopoderoso Salvador Cristo Jesús.
- Paz de Cristo
viernes, 23 de septiembre de 2022
FIELES SOMOS A TU MAJESTUOSO NOMBRE, OH CRISTO
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