- Oh mi Cristo,
- en tu abominable sacrificio de la cruz del Calvario, diste una nueva dimensión de amor.
- Y es que, a Jesús, únicamente por el Espíritu,
- se le puede llamar Señor.
- Oh Rey de reyes,
- por tu sagrada senda, perderse es imposible.
- Tus huellas, oh Rey de la gloria, son indelebles;
- y su belleza es de un candor inmarcesible.
- Oh Santo,
- no existe medida para el amor.
- Pero que el mencionado amor es eterno, nos lo asevera el Sagrado Escrito,
- oh Todopoderoso Redentor.
- Oh Cristo Jesús,
- El ser humano está inmerso en los entenebrecidos abismos.
- ¡Gracias, oh Eterno, por tu majestuosa luz,
- que es la perfecta lumbrera, para que los profanos den inicio a sus Cristocéntricos caminos!
- Oh gran Dios,
- el Evangelio nos ha dado el conocimiento de la gloriosa eternidad.
- Y es inherente a tus siervos consagrados,
- predicar en tu excelso nombre, oh Altísimo Jesucristo, la única y santísima verdad.
- Paz de Cristo
domingo, 4 de septiembre de 2022
TU AMOR HA DE ESTAR CONCERNIDO EN CRISTO
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