- Oh mi Cristo,
- la oración rae toda inmundicia del alma.
- Y en la búsqueda del Santo Espíritu,
- se nos revela exponencialmente la gracia.
- Oh Santo de Israel,
- nada que no nos una a tu santo nombre tiene valor.
- Y es que, oh Señor, el que se gloría en tu sobrenatural fe,
- se reviste de excelso amor.
- Oh Cristo Jesús,
- el que ha desestimado lo carnal,
- se ha concernido en tu inaccesible luz,
- para morar en el paraíso celestial.
- Oh Eterno,
- en el arrebatamiento veremos tu santa faz.
- No des más pasos, sin que te hayas elevado un palmo del suelo,
- y puedas andar por la gloriosa eternidad.
- Oh Santo,
- haz que nuestra inexpugnable fortaleza,
- sea tu sagrado regazo;
- para que la santísima verdad, nos dé provisión de eterna certeza.
- Paz de Cristo
domingo, 11 de septiembre de 2022
LA ORACIÓN PERSISTENTE ABRE EL CIELO, OH CRISTO
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