- Jesús, dijo: Velad y orad, para que no entréis en tentación; a la verdad el espíritu está dispuesto, pero la carne es débil.
- Oh mi Cristo, sometidos a la banalidad de lo carnal, hacemos un pernicioso llamado a la caótica frustración;
- lugar inequívoco de lo extremadamente estéril,
- que demanda nuestro engañoso y atribulado corazón.
- Oh Santo de Israel,
- ¿a título personal,
- tenemos el verdadero conocimiento de lo que evaluamos por fe?
- ¿O al ser exógena a nuestra vida, se manifiesta indomeñable a la humana voluntad, como gracia excelsa de un don celestial?
- Oh Hijo del Hombre,
- interiorizar la primorosa paz,
- nos revela la raíz de grandiosa mansedumbre,
- que está sellada por la propia e inconmensurable naturaleza, oh Señor, de tu santidad.
- Oh Altísimo Cristo,
- de majestuoso reconocimiento es tu inescrutable paz.
- Y es la soberana manifestación del Santo Espíritu;
- el cual hemos recibido, para preservar la pureza de nuestro altar celestial.
- Oh Rey de la gloria,
- para tu amada Iglesia tienes reservado el mayor regocijo.
- Porque nuestra perfecta paz en victoria,
- es tu santísimo paraíso.
- Paz de Cristo
martes, 6 de septiembre de 2022
VELA POR LA PUREZA DE TU ALTAR EN CRISTO
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