- Oh mi Cristo,
- al morir el espíritu vuelve a Dios, que nos lo dio.
- Y mientras vivimos, oh Rey de la gloria, imperativamente hemos de hablar con tu Santo Espíritu,
- porque únicamente Él, sabiduría de lo alto nos enseñó.
- Oh Alto y Sublime,
- solo Tú habitas la eternidad.
- Y al mundo, tu presencia le es imperceptible,
- debido a su precaria espiritualidad.
- Oh Cristo Jesús,
- raer del ser humano la idolatría, es primordial para vivificar el espíritu.
- Y es que, no sentirás la gloriosa plenitud,
- si tu alma no se postra a los pies del Todopoderoso Señor y Salvador Jesucristo.
- Oh Hijo del Hombre,
- en el bautismo sepultamos la carne y resucitamos en Cristo.
- Y porque creímos en el nombre que es sobre todo nombre,
- somos hijos del Altísimo.
- Oh Sumo Alfarero,
- tus verdaderos heraldos, con gran celo predicarán el Evangelio de la gracia, a los vasos que han tenido el privilegio de haber sido hechos por tu perfecta rueda.
- Pero será en el día postrero;
- cuando, con justicia, pesarás a las almas para salvación y condenación, oh Rey de reyes, en tu infalible balanza.
- Paz de Cristo
jueves, 29 de septiembre de 2022
NADIE EN LA CARNE RECIBIRÁ REVELACIÓN DE LA SAGRADA PALABRA
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