- Oh mi Cristo,
- desarráigame de toda perversa inclinación.
- Incluso adviérteme de lo que aparenta ser un tropiezo exiguo;
- porque así evitaré toda inmunda aflicción.
- Oh Cristo Redentor,
- es al extremo piadoso, dar tu vida en la cruz del Calvario por los que teníamos una ancestral raíz de pecado.
- Y es precisamente tu inconmensurable amor,
- la preciosa invitación que haces, al que pudiere ser tu hijo bienaventurado.
- Oh Cordero inmolado,
- Tú venciste con tu muerte al imperio de la muerte; y habiéndonos dado redención y justificación,
- por nuestro pecado,
- nos concediste además tu majestuoso perdón.
- Oh Rey de reyes y Señor de señores,
- no se puede tener más piedad por seres de tanta vileza.
- Pero obran prodigiosa e inmerecidamente en la humanidad, cada instante de su existencia, tus misericordias y favores,
- que son gracia sobre gracia de tu gloriosa grandeza.
- Oh Altísimo Señor Jesucristo, Tú no necesitas nada de las hordas humanas, para ser el único y eterno Dios.
- Pero los subyugados por el maligno,
- son los seres despiadados,
- que no dan el perfecto paso de salvación; para con el corazón contrito y humillado, postrarse en el Lugar Santísimo.
- Paz de Cristo
lunes, 19 de septiembre de 2022
SÉ UN SIERVO PIADOSO EN CRISTO
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