Sin margen en tu conducta,
para lo obscena serpiente;
a Eva dio a comer la fruta,
que traiciono al Dios viviente.
De las mentiras el demonio es dueño,
y en sus cortas patas
pones empeño;
aunque firmes en Cristo, le sean desveladas.
Si hay pureza
en tu vida:
la Gloria, es grandeza
sobrevenida.
Emplea el lenguaje espiritual,
y no te apartes de la verdad;
porque eres observado,
por el Señor Celestial.
La riqueza espiritual,
es de eterna permanencia;
no cometas ningún mal,
justificándote en Jesús, Rey de la bondad por excelencia.
Amén¡Aleluya!
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