Única y gloriosa es la vía que te lleva a Cristo.
Persevera en el tren del Evangelio;
para llegar a la estación, que es la Gracia en tu destino.
Discurres por poderosos raíles, que el Señor forjó con santo privilegio.
Tren placido en Cristo,
que atraviesa túneles de oscura desesperación.
Clama ayuda al Altísimo,
y verás, luz renovada, en tu transparente corazón.
En tu vida, diste un gran paso,
al ser en Cristo nueva criatura;
porque tu poder santo,
sepultó toda atadura.
La vida en Cristo es belleza.
El camino angosto,
lo resuelve la grandeza,
de haber vencido al maligno.
Si endureces tu corazón,
y entiendes que algo necio del Mundo es lícito;
pídele al Señor,
que te guarde en la vía de lo bendito.
Amén ¡Aleluya!
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