Te despedimos en lo físico,
pero no en lo espiritual;
porque todos estamos en Cristo,
y en la distancia el espíritu obra igual.
Vives en el Señor,
y evangelizar es tu fin.
Por el poder del amor,
la nación de Guinea,
ha llegado a tu hondo sentir.
Dios es tu asidero,
cumple con la obediencia;
porque por Él eres observado,
desde la luz de su excelencia.
Hacia la Gloria vamos,
perseverando en Jesucristo;
siendo perfeccionados,
en la Gracia del Santo Espíritu.
Amén.
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