- La Biblia enseña: Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante,
- puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.
- Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar.
- Porque aún no habéis resistido hasta la sangre, combatiendo contra el pecado;
- y habéis olvidado la exhortación que como a hijos se os dirige, diciendo: Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor, ni desmayes cuando eres reprendido por él;
- porque el Señor al que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo.
- Si soportáis la disciplina, Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina?
- Pero si se os deja sin disciplina, de la cual todos han sido participantes, entonces sois bastardos, y no hijos.
- Por otra parte, tuvimos a nuestro padres terrenales que nos disciplinaban, y los venerábanos. ¿Por qué no obedeceremos mucho mejor al Padre de los espíritus, y viviremos?
- Y aquellos, ciertamente por pocos días nos disciplinaban como a ellos les parecía, pero éste para lo que nos es provechoso, para que participemos se su santidad.
- Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados.
- Oh mi Cristo, el siervo que tus sagradas huellas sigue, decidió con gran celo a tus santísimos pies humillarse;
- porque tu luz admirable, en su corazón le resplandeció, oh Soberano Señor Jesucristo, como en los demás discípulos consagrados.
- Y es tu gracia, oh Cristo Jesús, la que hará a tus genuinos hijos, en la sana doctrina perseverar.
- Y es que, vuestra abnegación ha de ser hasta el fin, la del que se postuló siempre santificado.
- Porque nunca se considerará perdedor, el que permanece en la Cristocéntrica fe;
- por saber que es un verdadero heraldo del Altísimo.
- Y es que, de la sabiduría prístina,
- oh Señor, han interiorizado tus auténticos discípulos.
- Privilegiados somos de vivir en el Espíritu, para discurrir por los sobrenaturales senderos.
- Y por habernos ceñido, oh Eterno, con el linaje de tu única y perfecta verdad;
- resistiremos de manera esforzada y valiente, hasta traspasar el umbral de los bienaventurados.
- Paz de Cristo
viernes, 18 de octubre de 2024
DESHAZ TU RACIONALISMO MUNDANO, PONIENDO TUS OJOS EN CRISTO
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