- La Biblia enseña: El amor sea sin fingimiento. Aborreced lo malo, seguid lo bueno.
- Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros.
- En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor;
- gozosos en la esperanza; sufridos en la tribulación; constantes en la oración;
- compartiendo para las necesidades de los santos; practicando la hospitalidad.
- Bendecid a los que os persiguen; bendecid, y no maldigáis.
- Gozaos con los que se gozan; llorad con los que lloran.
- Unánimes entre vosotros; no altivos, sino asociándoos con los humildes. No seáis sabios en vuestra propia opinión.
- No paguéis a nadie mal por mal; procurad lo bueno delante de todos los hombres.
- Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres.
- No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor.
- Así que, si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer; si tuviere sed, dale de beber; pues haciendo esto, ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza.
- No seas vencido por lo malo, sino vence con el bien el mal.
- Oh mi Cristo, el umbral del cielo,
- únicamente sera traspasado por los siervos probos.
- En vuestra existencia prestadle un persistente celo al amor;
- haced que revierta todo en el invariable perdón,
- que es inherente a la indisoluble verdad.
- Sed consecuentes con lo que digáis.
- Dad de gracia, a los necesitados que la imploran.
- Entended que el pecado, remite desde su propia convicción.
- Que vuestra boca siempre verbalice bendiciones.
- Y nunca retengáis el sinnúmero de perdones.
- La gracia es potestativa del Sumo Hacedor.
- Has de menguar tú, para que el Rey de reyes crezca.
- Y sé afín, como genuino siervo, a la sabiduría celestial.
- Oh Santo,
- es en la angosta senda,
- donde ha lugar la sabiduría de lo alto,
- que revierte en la perfecta ofrenda.
- Oh Eterno,
- es condición insoslayable,
- para el que anhele abrir la puerta del cielo;
- perseverar hasta el fin, con un espíritu inexpugnable.
- Paz de Cristo
viernes, 21 de junio de 2024
LA SORDIDEZ DEL MALIGNO, PRUEBA LA FIDELIDAD DEL DISCÍPULO EN CRISTO
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