Oh Cristo, tu bendición se desbordó en todo el universo,
y nos asignó provisión para vida eterna.
Derramó su espiritual Evangelio,
para ser elevados a la gloria excelsa.
Oh Cristo Jesús, sin el conocimiento de la verdad,
nuestro espíritu deambula errático.
Oh Señor, en tu eternidad,
será galardonado el santo, que abra su glorificado pórtico.
Oh Señor Jesucristo, de la tradición material,
vive el mundo idólatra.
Tu bendición, oh Rey de la gloria, es celestial,
y nada nos apartará de tu bienaventurada gracia.
Oh Rey de reyes, Tú nos has bendecido,
para salvación.
El auténtico discípulo se verá enriquecido;
y no soportará tristeza, al resplandecer el gran Yo Soy en su corazón.
Oh Todopoderoso Salvador, en tu presencia,
el poder espiritual se hace visible.
Y por tu magnificencia,
en tus discípulos se vivifica el gozo de la Palabra Sagrada e invencible.
Paz de Cristo
lunes, 31 de diciembre de 2018
domingo, 30 de diciembre de 2018
EL REINO INCONMOVIBLE, SE NOS HA ACERCADO EN CRISTO
El conocimiento de la Palabra, oh Cristo,
en tu reino se nos ha revelado.
La verdad del Espíritu,
tiene cumplimiento en el bienaventurado.
Oh Cristo Jesús, de la gracia inconmovible,
fuimos revestidos,
Y de blindaje invencible,
por su temor reverente, son tus discípulos bendecidos.
Oh Señor Jesucristo, guárdanos en tu sabiduría,
que del cielo es un don perfecto.
Has de ser un genuino vigía,
para hacer real del Evangelio, su sagrado precepto.
Volvió en sí, la sensibilidad de nuestro espíritu,
después de inocular el pecado.
Y, Oh Soberano Cristo,
mi corazón se sintió de nuevo amado.
Oh Omnipotente Salvador, haz manifiesta,
mi invisible iniquidad.
Si la muerte te acecha,
ha de derramar su santo perdón el Todopoderoso, para abrir la eternidad.
Oh Sumo Hacedor, de la obediencia a tu Palabra,
da veracidad el solemne agradecimiento.
El Rey de reyes, inexcusablemente ama,
al que persevera hasta el fin en su Sagrado Testamento.
Paz de Cristo
en tu reino se nos ha revelado.
La verdad del Espíritu,
tiene cumplimiento en el bienaventurado.
Oh Cristo Jesús, de la gracia inconmovible,
fuimos revestidos,
Y de blindaje invencible,
por su temor reverente, son tus discípulos bendecidos.
Oh Señor Jesucristo, guárdanos en tu sabiduría,
que del cielo es un don perfecto.
Has de ser un genuino vigía,
para hacer real del Evangelio, su sagrado precepto.
Volvió en sí, la sensibilidad de nuestro espíritu,
después de inocular el pecado.
Y, Oh Soberano Cristo,
mi corazón se sintió de nuevo amado.
Oh Omnipotente Salvador, haz manifiesta,
mi invisible iniquidad.
Si la muerte te acecha,
ha de derramar su santo perdón el Todopoderoso, para abrir la eternidad.
Oh Sumo Hacedor, de la obediencia a tu Palabra,
da veracidad el solemne agradecimiento.
El Rey de reyes, inexcusablemente ama,
al que persevera hasta el fin en su Sagrado Testamento.
Paz de Cristo
sábado, 29 de diciembre de 2018
LA SALVACIÓN, ETERNA VIDA EN CRISTO
Por gracia, oh Cristo,
a tus siervos nos has dado salvación.
No contristes al Santo Espíritu,
que guarda el candor de tu corazón.
Daré mi vida por ti, oh Cristo Jesús,
para ser tu digno seguidor.
La visión de tu admirable luz,
me ha hecho en espíritu y en verdad, postrarme a tus pies con la consagración de un adorador.
Negarse asimismo, oh Señor Jesucristo,
es condición indispensable para seguirte.
En lo más profundo del ser íntimo,
te he de prodigar sin variación una entrega ferviente.
Tomaré mi cruz, oh Omnipotente Redentor,
y seguiré tus santos pasos.
La obediencia a tu Palabra, será de absoluto rigor,
desoyendo a los predicadores fatuos.
Jesús, dijo: Tú sígueme y deja que los muertos entierren a sus muertos.
Solo los que en ti creen gustarán la salvación, oh Señor.
Separarás las ovejas de los cabritos;
y las almas salvas, tendrán la corona de vida del eterno amor.
Paz de Cristo
a tus siervos nos has dado salvación.
No contristes al Santo Espíritu,
que guarda el candor de tu corazón.
Daré mi vida por ti, oh Cristo Jesús,
para ser tu digno seguidor.
La visión de tu admirable luz,
me ha hecho en espíritu y en verdad, postrarme a tus pies con la consagración de un adorador.
Negarse asimismo, oh Señor Jesucristo,
es condición indispensable para seguirte.
En lo más profundo del ser íntimo,
te he de prodigar sin variación una entrega ferviente.
Tomaré mi cruz, oh Omnipotente Redentor,
y seguiré tus santos pasos.
La obediencia a tu Palabra, será de absoluto rigor,
desoyendo a los predicadores fatuos.
Jesús, dijo: Tú sígueme y deja que los muertos entierren a sus muertos.
Solo los que en ti creen gustarán la salvación, oh Señor.
Separarás las ovejas de los cabritos;
y las almas salvas, tendrán la corona de vida del eterno amor.
Paz de Cristo
viernes, 28 de diciembre de 2018
DESPÓJANOS DE TODA MÁSCARA, ANTE LA VERDAD, OH CRISTO
Oh Cristo, el universo por ti creado,
lo has ceñido de transparencia.
Para ser bienaventurado,
tu vestido ha de ser del blanco lino de la excelencia.
Oh Cristo Jesús, la revelación de tu Palabra,
es un sagrado privilegio.
La disposición del que ama,
es edificada en la predicacion del Evangelio.
Oh Señor Jesucristo, te manifestaste en carne,
para deshacer con majestuosidad, las execrables obras del maligno.
De la máscara has de despojarte,
si quieres rendir adoracion al Cordero inmolado, el único Dios, de la gloria digno.
Oh Señor Jesús, del firmamento,
a todas las estrellas conoces por su nombre.
Guardas a cada una de ellas en el santo refugio del Sagrado Testamento;
y con su refulgente luz el Salvador, unge y redime.
En el Nombre de Jesús, has de proclamar,
hasta la última tilde de la Sagrada Escritura.
Y al impío evangelizar;
para ser de tu reino en la tierra, oh Señor, salva una nueva criatura.
Paz de Cristo
lo has ceñido de transparencia.
Para ser bienaventurado,
tu vestido ha de ser del blanco lino de la excelencia.
Oh Cristo Jesús, la revelación de tu Palabra,
es un sagrado privilegio.
La disposición del que ama,
es edificada en la predicacion del Evangelio.
Oh Señor Jesucristo, te manifestaste en carne,
para deshacer con majestuosidad, las execrables obras del maligno.
De la máscara has de despojarte,
si quieres rendir adoracion al Cordero inmolado, el único Dios, de la gloria digno.
Oh Señor Jesús, del firmamento,
a todas las estrellas conoces por su nombre.
Guardas a cada una de ellas en el santo refugio del Sagrado Testamento;
y con su refulgente luz el Salvador, unge y redime.
En el Nombre de Jesús, has de proclamar,
hasta la última tilde de la Sagrada Escritura.
Y al impío evangelizar;
para ser de tu reino en la tierra, oh Señor, salva una nueva criatura.
Paz de Cristo
jueves, 27 de diciembre de 2018
SI MUERES EN CRISTO, VIVIRÁS EN ÉL
Tu vida tiene valor eterno,
si se consagra en Cristo.
Eleva la plegaria al cielo,
y recibirás la llenura del Santo Espíritu.
Oh Cristo Jesús, en las vicisitudes vividas,
entenebrecemos el alma.
Retened las buenas dádivas,
y seréis galardonados con la eterna corona.
Oh Señor Jesucristo, sigo con fervor tu Palabra,
que me blinda ante el mal.
El yugo de santidad, no advierte la carga;
porque la sustenta el poder celestial.
Oh Señor Todopoderoso,
nuestras fuerzas se multiplican en tu Nombre.
A la luz del bíblico verso,
todo propósito, con ayuno y oración se cumple.
Oh Rey de la gloria, sin fe,
no te podemos agradar.
A través del Espíritu Santo, que no se ve;
somos ceñidos, por la única y sobrenatural voluntad de amar.
Jesús, dijo: El que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá.
Tu Palabra es la provisión del eterno milagro.
Y por su inconmovible verdad tu alma resucitará,
si en Cristo has sido sepultado.
Paz de Cristo
si se consagra en Cristo.
Eleva la plegaria al cielo,
y recibirás la llenura del Santo Espíritu.
Oh Cristo Jesús, en las vicisitudes vividas,
entenebrecemos el alma.
Retened las buenas dádivas,
y seréis galardonados con la eterna corona.
Oh Señor Jesucristo, sigo con fervor tu Palabra,
que me blinda ante el mal.
El yugo de santidad, no advierte la carga;
porque la sustenta el poder celestial.
Oh Señor Todopoderoso,
nuestras fuerzas se multiplican en tu Nombre.
A la luz del bíblico verso,
todo propósito, con ayuno y oración se cumple.
Oh Rey de la gloria, sin fe,
no te podemos agradar.
A través del Espíritu Santo, que no se ve;
somos ceñidos, por la única y sobrenatural voluntad de amar.
Jesús, dijo: El que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá.
Tu Palabra es la provisión del eterno milagro.
Y por su inconmovible verdad tu alma resucitará,
si en Cristo has sido sepultado.
Paz de Cristo
EL SURCO RECTO DEL CORAZÓN EN CRISTO
Los surcos rectos del corazón,
en Cristo obran.
Fragante siempre es su unción;
porque perdonan.
No mirar atrás,
ni un solo segundo.
Oh Cristo Jesús, con tu verdad convertirás,
a los insurrectos del mundo.
El fruto del Espíritu,
ha de santificar nuestra vida.
Y adorar con contrición de corazón a Jesucristo,
para alcanzar la perfección de su estatura bendecida.
La pretensión de la impiedad,
es conturbar la paz del alma.
Oh Rey de reyes, la gloria de tu eternidad,
ha lugar en el corazón que, oh Señor, al cielo clama.
Persevera en la Palabra,
que discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.
Y, en Cristo, ama al que no ama,
para abrir la puerta santa de tu salvación.
Paz de Cristo
en Cristo obran.
Fragante siempre es su unción;
porque perdonan.
No mirar atrás,
ni un solo segundo.
Oh Cristo Jesús, con tu verdad convertirás,
a los insurrectos del mundo.
El fruto del Espíritu,
ha de santificar nuestra vida.
Y adorar con contrición de corazón a Jesucristo,
para alcanzar la perfección de su estatura bendecida.
La pretensión de la impiedad,
es conturbar la paz del alma.
Oh Rey de reyes, la gloria de tu eternidad,
ha lugar en el corazón que, oh Señor, al cielo clama.
Persevera en la Palabra,
que discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.
Y, en Cristo, ama al que no ama,
para abrir la puerta santa de tu salvación.
Paz de Cristo
miércoles, 26 de diciembre de 2018
AÑADE TRES PALMOS A MI ESTATURA, OH CRISTO, Y VERÉ LA ETERNIDAD
Oh Cristo, Tú has de obrar el milagro;
la eternidad dista tres palmos de mi estatura.
¿Habrá, oh Sumo Creador, algo imposible en tu propósito?
Será que yo pueda ver el tercer cielo, antes del rapto de tu Iglesia amada; por ser en ti, oh Señor, nueva criatura.
Oh Cristo Jesús, hemos autolimitado nuestra fe,
a la mínima expresión.
La prueba máxima de activar lo que no se ve,
se hizo manifiesta, oh Rey de reyes, en tu resurrección.
Oh Santo de Israel, el don del Santo Espíritu,
se derramó el día de Pentecostés.
Oh mi Señor Jesucristo,
Tú eres el Dios de los imposibles.
Oh Omnipotente Señor, desde el trono celestial,
derramas tu omnipresencia.
En tu santuario nos guardas de todo mal;
por ser siervos de la Palabra, y sus genuinos hacedores de solemne obediencia.
Oh Fiel y Verdadero, creer en tu salvación,
es un gozo desbordante.
De lo guardado, guarda tu corazón;
y el alma santa verá, la inefable gloria, exultante.
Paz de Cristo
la eternidad dista tres palmos de mi estatura.
¿Habrá, oh Sumo Creador, algo imposible en tu propósito?
Será que yo pueda ver el tercer cielo, antes del rapto de tu Iglesia amada; por ser en ti, oh Señor, nueva criatura.
Oh Cristo Jesús, hemos autolimitado nuestra fe,
a la mínima expresión.
La prueba máxima de activar lo que no se ve,
se hizo manifiesta, oh Rey de reyes, en tu resurrección.
Oh Santo de Israel, el don del Santo Espíritu,
se derramó el día de Pentecostés.
Oh mi Señor Jesucristo,
Tú eres el Dios de los imposibles.
Oh Omnipotente Señor, desde el trono celestial,
derramas tu omnipresencia.
En tu santuario nos guardas de todo mal;
por ser siervos de la Palabra, y sus genuinos hacedores de solemne obediencia.
Oh Fiel y Verdadero, creer en tu salvación,
es un gozo desbordante.
De lo guardado, guarda tu corazón;
y el alma santa verá, la inefable gloria, exultante.
Paz de Cristo
martes, 25 de diciembre de 2018
LA TIBIEZA DE CORAZÓN, ANATEMA EN CRISTO
Oh Cristo, a los tibios los vomitarás de tu boca;
porque nunca creyeron en tu Palabra.
La fe es el santísimo lugar de la certeza,
en la convicción del que a Dios ama.
Oh Señor Jesús, no hay otro Nombre dado a los hombres,
en el que se pueda ser salvo.
Del Espíritu son las sobrenaturales razones,
que convirtieron al impío en santo.
Asume sin dobleces,
que Cristo Jesús, es tu Señor y Salvador.
No seas presa de los espíritus engañadores.
Y da el sí al Amén, que es de tu alma el Redimidor.
Oh Cordero inmolado, el gozo de tu redención, justificación y reconciliación
es nuestra fortaleza.
El majestuoso perdón,
se lo concediste a toda la humanidad, en tu execrable sacrificio en la cruz de inconmensurable vileza.
Oh Rey de la gloria, al tercer día,
en tu sepultura aconteció el excelso milagro.
El Espíritu de resurrección dio vida eterna a tu sagrada memoria;
y fuero salvas todas las almas que creyeron en tu santuario.
Paz de Cristo
porque nunca creyeron en tu Palabra.
La fe es el santísimo lugar de la certeza,
en la convicción del que a Dios ama.
Oh Señor Jesús, no hay otro Nombre dado a los hombres,
en el que se pueda ser salvo.
Del Espíritu son las sobrenaturales razones,
que convirtieron al impío en santo.
Asume sin dobleces,
que Cristo Jesús, es tu Señor y Salvador.
No seas presa de los espíritus engañadores.
Y da el sí al Amén, que es de tu alma el Redimidor.
Oh Cordero inmolado, el gozo de tu redención, justificación y reconciliación
es nuestra fortaleza.
El majestuoso perdón,
se lo concediste a toda la humanidad, en tu execrable sacrificio en la cruz de inconmensurable vileza.
Oh Rey de la gloria, al tercer día,
en tu sepultura aconteció el excelso milagro.
El Espíritu de resurrección dio vida eterna a tu sagrada memoria;
y fuero salvas todas las almas que creyeron en tu santuario.
Paz de Cristo
lunes, 24 de diciembre de 2018
RECONOCE EL CAMINO SAGRADO EN CRISTO
Oh Cristo, al reconocer tu camino,
percibo la sobrenatural salvación.
Radiante es cada refugio,
en el que habita mi corazón.
Oh Cristo Jesús, sigo tus sagradas huellas,
auscultando su majestuoso resplandor.
El brillo de las ignotas estrellas,
reflejan la vereda de tu eterno amor.
Oí la verdad de tu llamada,oh Señor Jesucristo,
en la puerta del alma,
Templo es del Santo Espíritu,
si con paz ama.
Oh Omnipotente Señor, la voz de tu Evangelio,
es un eco de santa sanación espiritual.
Su sonido de ubicuo privilegio,
propagado es por las alas del viento angelical.
La senda que has de recorrer,
ha de ser revelada por el Espíritu.
Si puedes creer,
la gloria verás, invocando el Nombre del Señor Jesucristo.
Paz de Cristo
percibo la sobrenatural salvación.
Radiante es cada refugio,
en el que habita mi corazón.
Oh Cristo Jesús, sigo tus sagradas huellas,
auscultando su majestuoso resplandor.
El brillo de las ignotas estrellas,
reflejan la vereda de tu eterno amor.
Oí la verdad de tu llamada,oh Señor Jesucristo,
en la puerta del alma,
Templo es del Santo Espíritu,
si con paz ama.
Oh Omnipotente Señor, la voz de tu Evangelio,
es un eco de santa sanación espiritual.
Su sonido de ubicuo privilegio,
propagado es por las alas del viento angelical.
La senda que has de recorrer,
ha de ser revelada por el Espíritu.
Si puedes creer,
la gloria verás, invocando el Nombre del Señor Jesucristo.
Paz de Cristo
domingo, 23 de diciembre de 2018
SANTA CENA EN CRISTO
Oh Cristo, en la Santa Cena, sellaste el pacto
de la era de la gracia.
Entre los doce, se hizo manifiesta la traición del discípulo falso.
Y, oh Señor, en tu sacrificio vuluntario en la cruz, redimiste nuestra vida en el cumplimiento de la profética Palabra.
Oh Cristo Jesús, tu cuerpo es el pan partido,
que nos diste a comer.
Todo en la Escritura fue integramente cumplido,
para en ti creer.
Oh Señor Jesucristo, de tu sangre preciosa que ibas a derramar;
bebieron todos del nuevo pacto en la copa,
para regocijarse en tu poder de amar.
Oh Cordero inmolado, el que invoca tu Nombre, de su espíritu toda hambre saciarás.
Y al que te profesa fe, le darás del agua de la vida, para nunca más tener sed.
Oh Señor Jesús, del cielo descendiste, para predicar la salvación eterna de las buenas nuevas;
y la generación perversa, hizo escarnio de tu omnisciente saber.
Oh Redentor, en tu resurrección,
bebimos del trono de la gracia,
en la copa que rebosaba salvación.
Y para que nadie se gloríe, será de eternidad en aquel día postrero el alma santa.
Paz de Cristo
sábado, 22 de diciembre de 2018
SOBRE LAS AGUAS HAS DE ANDAR, SI NO DUDAS EN CRISTO
Jesús, dijo: En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.
La autoridad, oh Señor, que confieres a tus discípulos, abre una sólida senda en el entenebrecido mar.
Las obscuras fosas de lo inmundo,
se vuelven conversas por tu Sagrada Palabra; y desnuda al alma vil, dispuesta con gozo a amar.
Oh Cristo Jesús, dirimimos una batalla de poder,
contra principados y potestades de malignidad.
Toda armadura del gran Yo Soy, protege nuestro ser,
para hacer llegar al incircunciso luz de eternidad.
Las olas del tempestuoso mar,
infundian pavor al debilitado espíritu.
Y pudimos divisar en la cerrada obscuridad al Rey de la gloria, el Señor y Salvador Jesucristo.
Oh Rey de reyes, una estela de indelebles huellas,
dejaban tus santos pies sobre el lóbrego mar.
Que difícil fue salir a tu encuentro, oh Señor, nos falto la fe para pisar con firmeza las aguas,
y dar los pasos hacia el consagrado altar.
Jesús, dijo: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?
Un día inopinado,
nos asió con su mano el Omnipotente;
y derramó la bendición de gracia, sobre el discípulo bienaventurado.
Paz de Cristo
La autoridad, oh Señor, que confieres a tus discípulos, abre una sólida senda en el entenebrecido mar.
Las obscuras fosas de lo inmundo,
se vuelven conversas por tu Sagrada Palabra; y desnuda al alma vil, dispuesta con gozo a amar.
Oh Cristo Jesús, dirimimos una batalla de poder,
contra principados y potestades de malignidad.
Toda armadura del gran Yo Soy, protege nuestro ser,
para hacer llegar al incircunciso luz de eternidad.
Las olas del tempestuoso mar,
infundian pavor al debilitado espíritu.
Y pudimos divisar en la cerrada obscuridad al Rey de la gloria, el Señor y Salvador Jesucristo.
Oh Rey de reyes, una estela de indelebles huellas,
dejaban tus santos pies sobre el lóbrego mar.
Que difícil fue salir a tu encuentro, oh Señor, nos falto la fe para pisar con firmeza las aguas,
y dar los pasos hacia el consagrado altar.
Jesús, dijo: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?
Un día inopinado,
nos asió con su mano el Omnipotente;
y derramó la bendición de gracia, sobre el discípulo bienaventurado.
Paz de Cristo
EL AMOR, HERENCIA ETERNA EN CRISTO
El amor, oh Cristo,
en tu Nombre, no pasará.
Fruto es del Espíritu,
y herencia de eternidad.
Oh Cristo Jesús,
nada se opone al amor;
porque pervive para siempre en tu admirable luz,
Oh Señor.
Oh Señor Jesucristo, el amor,
es nuestra inexpugnable fortaleza ante la tempestad.
Nunca hay temor,
su pureza es salvaguardia de la santidad.
Oh Fiel y Verdadero,
en el amor
se edifica la armonía.
No hay aguacero,
que distorsione su sintonía.
Oh Sumo Hacedor,
todo lo propicias de gracia.
En tu amor,
permanece invariable la perfecta fragancia.
Paz de Cristo
en tu Nombre, no pasará.
Fruto es del Espíritu,
y herencia de eternidad.
Oh Cristo Jesús,
nada se opone al amor;
porque pervive para siempre en tu admirable luz,
Oh Señor.
Oh Señor Jesucristo, el amor,
es nuestra inexpugnable fortaleza ante la tempestad.
Nunca hay temor,
su pureza es salvaguardia de la santidad.
Oh Fiel y Verdadero,
en el amor
se edifica la armonía.
No hay aguacero,
que distorsione su sintonía.
Oh Sumo Hacedor,
todo lo propicias de gracia.
En tu amor,
permanece invariable la perfecta fragancia.
Paz de Cristo
viernes, 21 de diciembre de 2018
REDIMID LA IMPUREZA EN CRISTO
No acomodad la impureza,
dándole mérito al innombrable.
Oh Cristo, sé en mí hacedor de la infalible promesa,
para ser en tu Nombre irreprochable.
Jesús, dijo: Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil.
Sed irreprensibles en el Espiritu; y os será propicio llamar a Jesús, Señor.
La predicación fútil,
no ha lugar a la preeminencia del amor.
La concupiscencia,
somete al ser humano.
Solo, oh Cristo Jesús, tu luz de excelencia,
desestima lo mundano.
El poder de la Palabra, oh Señor Jesucristo,
se manifiesta en el perdón.
Y por el gozo del Espíritu,
se guarda en la pureza el corazón.
Oh Cordero inmolado, el derramamiento de tu sangre preciosa,
nos dio de gracia la salvación.
Y, oh Señor, el candor de tu pureza,
ha dado alas al alma de la Iglesia santa, en su resurrección.
Paz de Cristo
dándole mérito al innombrable.
Oh Cristo, sé en mí hacedor de la infalible promesa,
para ser en tu Nombre irreprochable.
Jesús, dijo: Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil.
Sed irreprensibles en el Espiritu; y os será propicio llamar a Jesús, Señor.
La predicación fútil,
no ha lugar a la preeminencia del amor.
La concupiscencia,
somete al ser humano.
Solo, oh Cristo Jesús, tu luz de excelencia,
desestima lo mundano.
El poder de la Palabra, oh Señor Jesucristo,
se manifiesta en el perdón.
Y por el gozo del Espíritu,
se guarda en la pureza el corazón.
Oh Cordero inmolado, el derramamiento de tu sangre preciosa,
nos dio de gracia la salvación.
Y, oh Señor, el candor de tu pureza,
ha dado alas al alma de la Iglesia santa, en su resurrección.
Paz de Cristo
jueves, 20 de diciembre de 2018
SIERVO ETERNO EN TU SANTIDAD, OH CRISTO
Cristo, dijo: Sed santos, porque yo soy santo.
Incesantes en la oración,
la elevamos a lo alto,
para que sea de grandiosa bendición.
Oh Cristo Jesús, tu justicia es por fe.
Y por gracia somos salvos.
Perfeccionados hemos sido en Él,
y su gloria anhelamos.
Oh Señor Jesucristo, pusimos los ojos en ti;
porque Tú nos escogiste.
El propósito hasta el fin,
es perseverar en el Evangelio santamente.
Oh Señor Omnipotente,
el temor,
ha de ser reverente,
profesándote sublime amor.
Oh gran Yo Soy, de transparencia irreprobable,
he de ser cada día.
Delante de su presencia, siempre serás incorruptible;
si tu alma en Él se gloría.
Oh Salvador, en el poder de tu santidad,
me he guardado irreprensible.
Tener paz,
supera todo entendimiento; para ser, oh Señor, tu siervo redimido e indefectible.
Paz de Cristo
Incesantes en la oración,
la elevamos a lo alto,
para que sea de grandiosa bendición.
Oh Cristo Jesús, tu justicia es por fe.
Y por gracia somos salvos.
Perfeccionados hemos sido en Él,
y su gloria anhelamos.
Oh Señor Jesucristo, pusimos los ojos en ti;
porque Tú nos escogiste.
El propósito hasta el fin,
es perseverar en el Evangelio santamente.
Oh Señor Omnipotente,
el temor,
ha de ser reverente,
profesándote sublime amor.
Oh gran Yo Soy, de transparencia irreprobable,
he de ser cada día.
Delante de su presencia, siempre serás incorruptible;
si tu alma en Él se gloría.
Oh Salvador, en el poder de tu santidad,
me he guardado irreprensible.
Tener paz,
supera todo entendimiento; para ser, oh Señor, tu siervo redimido e indefectible.
Paz de Cristo
CIRCUNCIDAD EL CORAZÓN EN CRISTO
Libertad al corazón,
de toda impureza.
Somételo, oh Señor Jesucristo, a la circuncisión,
que le guardará en la paz eterna.
Seré libre,
cuando,oh Cristo Jesús, de la bondad del pensamiento y la intención,
hagas coincidente
a mi corazón.
No seas esclavo del pecado,
con tus perversos pensamientos.
Oh Rey de reyes, hazme bienaventurado,
despojando al corazon de los malévolos asedios.
Toma tu cruz,
y da la vida por Cristo.
En el corazón resplandecerá la luz,
si en su interior mora el Santo Espíritu.
Oh Redentor, Tú pesas el corazón,
con la eterna balanza.
Derrama tu santa unción;
y al ser consagrada, mi alma será salva.
Paz de Cristo
de toda impureza.
Somételo, oh Señor Jesucristo, a la circuncisión,
que le guardará en la paz eterna.
Seré libre,
cuando,oh Cristo Jesús, de la bondad del pensamiento y la intención,
hagas coincidente
a mi corazón.
No seas esclavo del pecado,
con tus perversos pensamientos.
Oh Rey de reyes, hazme bienaventurado,
despojando al corazon de los malévolos asedios.
Toma tu cruz,
y da la vida por Cristo.
En el corazón resplandecerá la luz,
si en su interior mora el Santo Espíritu.
Oh Redentor, Tú pesas el corazón,
con la eterna balanza.
Derrama tu santa unción;
y al ser consagrada, mi alma será salva.
Paz de Cristo
miércoles, 19 de diciembre de 2018
LA POESÍA DEL ESPÍRITU, SEMILLA DE ETERNIDAD EN CRISTO
Oh Cristo, Tú eres la eterna simiente,
que das el fruto de la salvación.
Oh Señor, tu creación exuberante,
derramó del cielo el maná de prodigiosa provisión.
Oh Cristo Jesús, el desierto del alma,
lo convertiste en un poético vergel.
Por el poder de la Palabra,
pudimos creer en el Santo de Israel.
Oh Señor Jesucristo, poesía de eternidad,
predica en tu Nombre el Evangelio.
Siembra semilla de la verdad,
y su sagrada cosecha en el alfolí, oh Sumo Creador, proclamará que es la gracia de tu eterno misterio.
Ponle nombre al grano que has de sembrar,
para que crezca en santidad.
Oh Señor Jesús, con tu presencia, la luz celestial siempre le ha de iluminar;
y alcanzará irreprensible la gloriosa paz.
Oh Santo Espíritu, Tú conceviste la simiente del Hijo del Hombre,
en la bienaventurada virgen María.
Su nacimiento en Belén, fue en un pesebre;
para ser del mundo el mayor siervo, siendo el Rey de la gloria.
Paz de Cristo
que das el fruto de la salvación.
Oh Señor, tu creación exuberante,
derramó del cielo el maná de prodigiosa provisión.
Oh Cristo Jesús, el desierto del alma,
lo convertiste en un poético vergel.
Por el poder de la Palabra,
pudimos creer en el Santo de Israel.
Oh Señor Jesucristo, poesía de eternidad,
predica en tu Nombre el Evangelio.
Siembra semilla de la verdad,
y su sagrada cosecha en el alfolí, oh Sumo Creador, proclamará que es la gracia de tu eterno misterio.
Ponle nombre al grano que has de sembrar,
para que crezca en santidad.
Oh Señor Jesús, con tu presencia, la luz celestial siempre le ha de iluminar;
y alcanzará irreprensible la gloriosa paz.
Oh Santo Espíritu, Tú conceviste la simiente del Hijo del Hombre,
en la bienaventurada virgen María.
Su nacimiento en Belén, fue en un pesebre;
para ser del mundo el mayor siervo, siendo el Rey de la gloria.
Paz de Cristo
LA BONDAD, FRUTO DEL ESPÍRITU EN CRISTO
Ante la extralimitada maldad, oh Cristo,
te manifestaste en carne.
La bondad es fruto del Espíritu,
y Tú, oh Señor, la magníficaste para salvarme.
No hallarás sabiduría,
en la búsqueda de lo inicuo.
Clama al Señor de la mies, para que seas cada día,
de su buena dádiva provisto.
La voz del Sumo Pastor,
es oída por sus ovejas.
Guárdate en su amor,
y te recompensará con las bíblicas promesas.
En el misterio eterno,
Oh Señor Omnipotente, diste forma a nuestro espíritu, alma y cuerpo.
¿Si del ser humano, oh gran Yo Soy, te pareció todo bueno,
qué influyó en su desperfecto?
El espejo del sacrificio en la cruz del Calvario, oh Cordero inmolado,
refleja nuestra insolencia, frente a la magnificencia de tu bondad.
No dudaste, oh Cristo Jesús, en hacer al mundo bienaventurado,
para que su morada fuera tu gloriosa eternidad.
Paz de Cristo
te manifestaste en carne.
La bondad es fruto del Espíritu,
y Tú, oh Señor, la magníficaste para salvarme.
No hallarás sabiduría,
en la búsqueda de lo inicuo.
Clama al Señor de la mies, para que seas cada día,
de su buena dádiva provisto.
La voz del Sumo Pastor,
es oída por sus ovejas.
Guárdate en su amor,
y te recompensará con las bíblicas promesas.
En el misterio eterno,
Oh Señor Omnipotente, diste forma a nuestro espíritu, alma y cuerpo.
¿Si del ser humano, oh gran Yo Soy, te pareció todo bueno,
qué influyó en su desperfecto?
El espejo del sacrificio en la cruz del Calvario, oh Cordero inmolado,
refleja nuestra insolencia, frente a la magnificencia de tu bondad.
No dudaste, oh Cristo Jesús, en hacer al mundo bienaventurado,
para que su morada fuera tu gloriosa eternidad.
Paz de Cristo
lunes, 17 de diciembre de 2018
BUSCAD LO IMPOSIBLE EN CRISTO
Oh Cristo, nuestro pensamiento,
evalúa con precaria sabiduría tu poder.
La transparencia del Sagrado Testamento,
se muestra con revelada perfección, a los divagantes prejuicios de nuestro ser.
Oh Cristo Jesús, el propósito de tu Palabra,
siempre enfatizó en su fin de eternidad.
Con tu amor, oh Rey de la gloria, diste provisión al que no ama,
con inequívoca verdad.
Oh Señor Jesucristo, en la Sagrada Escritura,
edificaste los versículos con santidad celestial.
Todopoderosa es su sintaxis: sobrenaturalmente pura;
por ser del Santo Espíritu, la inspiración magistral.
Oh Redentor, tus santas promesas,
han sido de infalible cumplimiento.
Reconstruiste, oh Señor, las columnas más inmensas,
para dar visibilidad a tu universal templo.
Oh Señor Omnipotente, gloriosa será la nube de salvación,
que a tu amada Iglesia arrebatará.
Derrama, oh Salvador, sobre los escogidos la santa unción,
y el alma incorruptible se salvará.
Paz de Cristo
evalúa con precaria sabiduría tu poder.
La transparencia del Sagrado Testamento,
se muestra con revelada perfección, a los divagantes prejuicios de nuestro ser.
Oh Cristo Jesús, el propósito de tu Palabra,
siempre enfatizó en su fin de eternidad.
Con tu amor, oh Rey de la gloria, diste provisión al que no ama,
con inequívoca verdad.
Oh Señor Jesucristo, en la Sagrada Escritura,
edificaste los versículos con santidad celestial.
Todopoderosa es su sintaxis: sobrenaturalmente pura;
por ser del Santo Espíritu, la inspiración magistral.
Oh Redentor, tus santas promesas,
han sido de infalible cumplimiento.
Reconstruiste, oh Señor, las columnas más inmensas,
para dar visibilidad a tu universal templo.
Oh Señor Omnipotente, gloriosa será la nube de salvación,
que a tu amada Iglesia arrebatará.
Derrama, oh Salvador, sobre los escogidos la santa unción,
y el alma incorruptible se salvará.
Paz de Cristo
domingo, 16 de diciembre de 2018
EL EVANGELIO, PODER DE SALVACIÓN EN CRISTO
Tu Evangelio, oh Cristo,
disciplina al converso el corazón.
Su pétrea dureza, la transforma el Santo Espíritu,
en un fruto de gran pureza a la sazón.
Porque la Palabra,
obra en el alma, por el don de la fe.
La santa arquitectura es del que ama,
al edificar sobre la Roca, la gloria sobrenatural que no se ve.
Por nada racional, oh Cristo Jesús,
se tiene percepción de lo espiritual.
Oh Señor, vida eterna nos ha dado tu admirable luz,
que obvia del mundo lo carnal.
Tu Espíritu, oh Señor Jesucristo,
nos ha provisto de la verdad.
Y nuestro destino de condenación,
lo ha revertido en libertad.
Oh Omnipotente Salvador, la egolatría,
ha magnificado las exiguas fuerzas del ser humano.
Nunca tuvo en cuenta, que de Dios es la omnisciente sabiduria;
y que solo en la gracia de su voluntad, puede ser salvo.
Paz de Cristo
sábado, 15 de diciembre de 2018
EL AMOR, SAGRADA SENDA EN CRISTO
Oh Cristo, Tú dijiste: Yo soy el camino, la verdad y la vida.
Quien tenga oídos, oiga; en esta frase se hace manifiesta la sagrada senda del amor.
El alma que consuma su cumplimiento, de gracia será bendecida,
oh Señor.
Oh Cristo Jesús, en tu amor,
no ha lugar la apariencia.
Tú pesas de los corazones el aureo resplandor,
con la infalible omnisciencia.
Oh Señor Jesucristo, la bondad de tus pasos,
de manera indefectible se apresuraron a hacer el bien.
Siempre seran santos tus pensamientos;
porque en el amor viven.
Oh Rey de reyes, de prodigiosa sabiduría,
es el misterio de tu eterno amor.
Quita de nuestro corazón la venda de incredulidad impía;
y multiplica exponencialmente nuestra fe, oh Sumo Hacedor.
Oh Cordero inmolado, solo por el Santo Espíritu,
te podemos llamar, Señor.
Tú eres, oh mi Cristo,
la piedra que desecharon los perversos edificadores; para ser en tu exaltación, la cabeza del ángulo de eterno amor.
Paz de Cristo
Quien tenga oídos, oiga; en esta frase se hace manifiesta la sagrada senda del amor.
El alma que consuma su cumplimiento, de gracia será bendecida,
oh Señor.
Oh Cristo Jesús, en tu amor,
no ha lugar la apariencia.
Tú pesas de los corazones el aureo resplandor,
con la infalible omnisciencia.
Oh Señor Jesucristo, la bondad de tus pasos,
de manera indefectible se apresuraron a hacer el bien.
Siempre seran santos tus pensamientos;
porque en el amor viven.
Oh Rey de reyes, de prodigiosa sabiduría,
es el misterio de tu eterno amor.
Quita de nuestro corazón la venda de incredulidad impía;
y multiplica exponencialmente nuestra fe, oh Sumo Hacedor.
Oh Cordero inmolado, solo por el Santo Espíritu,
te podemos llamar, Señor.
Tú eres, oh mi Cristo,
la piedra que desecharon los perversos edificadores; para ser en tu exaltación, la cabeza del ángulo de eterno amor.
Paz de Cristo
viernes, 14 de diciembre de 2018
LA PALABRA, REDENCIÓN EN CRISTO
Oh Cristo, Tú eres la Palabra,
y por su poder seremos juzgados.
Su omnisciencia todo lo escudriña,
con la autoridad de los principios sagrados.
Oh Cristo Jesús, por tus ovejas das la vida,
preservandolas del mal.
En tu excelente luz se hace visible la gloria,
que descendió del santuario celestial.
Oh Señor Jesucristo, descubrimos en nuestro interior tu presencia,
siguiendo la senda de la Sagrada Escritura.
De lino blanco es el vestido de la santa esencia,
que el cielo me ha ceñido, al ser en tu Nombre una nueva criatura.
Oh Señor Jesús, en tu santidad,
edificamos cada segundo la salvación.
En la inconmovible Roca de la verdad,
se forjó el blindado cimiento del nayor perdón.
Oh Fiel y Verdadero, con tu diestra nos sustentas;
libres del insidioso pudor.
Sanadas por tu llaga fueron las almas;
porque en el Señor Jesucristo, preexiste el único y Todopoderoso Salvador.
Paz de Cristo
y por su poder seremos juzgados.
Su omnisciencia todo lo escudriña,
con la autoridad de los principios sagrados.
Oh Cristo Jesús, por tus ovejas das la vida,
preservandolas del mal.
En tu excelente luz se hace visible la gloria,
que descendió del santuario celestial.
Oh Señor Jesucristo, descubrimos en nuestro interior tu presencia,
siguiendo la senda de la Sagrada Escritura.
De lino blanco es el vestido de la santa esencia,
que el cielo me ha ceñido, al ser en tu Nombre una nueva criatura.
Oh Señor Jesús, en tu santidad,
edificamos cada segundo la salvación.
En la inconmovible Roca de la verdad,
se forjó el blindado cimiento del nayor perdón.
Oh Fiel y Verdadero, con tu diestra nos sustentas;
libres del insidioso pudor.
Sanadas por tu llaga fueron las almas;
porque en el Señor Jesucristo, preexiste el único y Todopoderoso Salvador.
Paz de Cristo
jueves, 13 de diciembre de 2018
El EXHORTO PERFECTO EN CRISTO
Oh Cristo, el tabernaculo lo cubrió la nube de gloria,
para buscar tu rostro.
Incandescente resplandeció la espada de tu presencia;
y su doble filo, dio pureza a lo más sórdido.
La magnificencia de tu Palabra,
es el sagrado óleo del corazón.
Oh Cristo Jesús, al que en tu Nombre, ama,
le has provisto de la santa unción.
Buscad con persistencia,
la majestuosidad de su faz.
Y,oh Señor Jesucristo, en tu gloriosa aquiescencia,
veremos la admirable luz, que es el candor de la verdad.
Nuestro íntimo encuentro con el Rey de reyes,
ha de ser en adoración de máxima solemnidad.
En el Espíritu, se elevarán nuestras oraciones,
y serán guardadas en la inefable eternidad.
Oh Redentor Omnipotente, la revelación del nuevo pacto de la gracia,
fue consagrado en el derramamiento de tu preciosa sangre.
El alma que ha creído, oh Cordero inmolado, en tu muerte y resurrección será salva;
y cuando feneciere, vivirá en tu gloria eternamente.
Paz de Cristo
para buscar tu rostro.
Incandescente resplandeció la espada de tu presencia;
y su doble filo, dio pureza a lo más sórdido.
La magnificencia de tu Palabra,
es el sagrado óleo del corazón.
Oh Cristo Jesús, al que en tu Nombre, ama,
le has provisto de la santa unción.
Buscad con persistencia,
la majestuosidad de su faz.
Y,oh Señor Jesucristo, en tu gloriosa aquiescencia,
veremos la admirable luz, que es el candor de la verdad.
Nuestro íntimo encuentro con el Rey de reyes,
ha de ser en adoración de máxima solemnidad.
En el Espíritu, se elevarán nuestras oraciones,
y serán guardadas en la inefable eternidad.
Oh Redentor Omnipotente, la revelación del nuevo pacto de la gracia,
fue consagrado en el derramamiento de tu preciosa sangre.
El alma que ha creído, oh Cordero inmolado, en tu muerte y resurrección será salva;
y cuando feneciere, vivirá en tu gloria eternamente.
Paz de Cristo
miércoles, 12 de diciembre de 2018
CREED, Y NADIE CERRARÁ LOS CIELOS ABIERTOS EN CRISTO
Oh Cristo, la obscuridad dejó asolada la tierra;
y se derramó la admirable luz de tu reino, oh Rey de la gloria.
Creed en la Palabra,
y se hará real el celestial milagro de la eterna victoria.
La oración del justo, la escucha el Señor Todopoderoso,
y abre los cielos que nadie puede cerrar.
Creed al Sumo Hacedor, que hizo visibles los prodigios del universo;
y aparecerá la paz en la tormenta, para que descubras el poder de amar.
Oh Señor Jesucristo, en tu Nombre,
no daré más pábulo a la duda.
Al que cree, todo le es posible;
porque, oh Redentor, para siempre es tu misericordia.
Oh Salvador, la creación postrada,
te ha de dar cuenta de sus hechos.
Los santos pensamientos salvarán tu alma,
al propiciarnos, oh Señor, tus sagrados cielos.
El Cordero inmolado, dijo: Consumado es;
y expiró en la cruz del Calvario.
Oh Cristo Jesús, tu última frase dio visibilidad al cumplimiento de la Sagrada Escritura, por fe.
Y derrramaste, oh Rey de reyes, la salvación sobre la humanidad, al rasgar el velo, que abrió tu glorioso santuario.
Paz de Cristo
y se derramó la admirable luz de tu reino, oh Rey de la gloria.
Creed en la Palabra,
y se hará real el celestial milagro de la eterna victoria.
La oración del justo, la escucha el Señor Todopoderoso,
y abre los cielos que nadie puede cerrar.
Creed al Sumo Hacedor, que hizo visibles los prodigios del universo;
y aparecerá la paz en la tormenta, para que descubras el poder de amar.
Oh Señor Jesucristo, en tu Nombre,
no daré más pábulo a la duda.
Al que cree, todo le es posible;
porque, oh Redentor, para siempre es tu misericordia.
Oh Salvador, la creación postrada,
te ha de dar cuenta de sus hechos.
Los santos pensamientos salvarán tu alma,
al propiciarnos, oh Señor, tus sagrados cielos.
El Cordero inmolado, dijo: Consumado es;
y expiró en la cruz del Calvario.
Oh Cristo Jesús, tu última frase dio visibilidad al cumplimiento de la Sagrada Escritura, por fe.
Y derrramaste, oh Rey de reyes, la salvación sobre la humanidad, al rasgar el velo, que abrió tu glorioso santuario.
Paz de Cristo
FILIPENSES 4:8 EN CRISTO
Los pensamientos desnortan al atribulado corazón,
con procelosas interrogantes.
Oh Cristo, libérame de toda desazón,
y hermosea mi ser con tus santas verdades.
Oh Cristo Jesús, del pozo hediondo me rescataste,
para llenar mi existencia de gloria.
Me has cautivado con tu olor fragante,
elevándome con la gracia de tu preciosa sangre derramada a la celestial victoria.
Oh Señor Jesucristo, tu santidad ha edificado mi espíritu,
en la impoluta pureza.
Manifiesta blancura del sentimiento,
que rebosa de certeza.
Oh Redentor, la mayor justificación fue tu cruz;
cuando el ser humano agonizaba en el pecado, y carecía de esperanza.
Tú, oh Señor, hiciste que resplandecieramos en tu luz,
y nos libertaste de la muerte a condenación eterna.
Proclamad alabanzas al Salvador,
que tuvo misericordia de nuestra alma.
Pensad que solo en su loor,
nuestra vida será eternamente salva.
Paz de Cristo
con procelosas interrogantes.
Oh Cristo, libérame de toda desazón,
y hermosea mi ser con tus santas verdades.
Oh Cristo Jesús, del pozo hediondo me rescataste,
para llenar mi existencia de gloria.
Me has cautivado con tu olor fragante,
elevándome con la gracia de tu preciosa sangre derramada a la celestial victoria.
Oh Señor Jesucristo, tu santidad ha edificado mi espíritu,
en la impoluta pureza.
Manifiesta blancura del sentimiento,
que rebosa de certeza.
Oh Redentor, la mayor justificación fue tu cruz;
cuando el ser humano agonizaba en el pecado, y carecía de esperanza.
Tú, oh Señor, hiciste que resplandecieramos en tu luz,
y nos libertaste de la muerte a condenación eterna.
Proclamad alabanzas al Salvador,
que tuvo misericordia de nuestra alma.
Pensad que solo en su loor,
nuestra vida será eternamente salva.
Paz de Cristo
martes, 11 de diciembre de 2018
SED DE BENDICIÓN, ÚNICA E IRREPETIBLE EN CRISTO
Tu sagrada bendición, oh Cristo,
nos abre la puerta eterna, que nadie puede cerrar.
De la verdad de tu Palabra, da conocimiento el Santo Espíritu,
que es el perfecto don de lo alto, para ser investidos con la preeminencia de amar.
Al ser nueva criatura,
eres sellado por la eternidad.
Sé fiel a la Sagrada Escritura,
y serás blindado, ante la involución contumaz.
Oh Cristo Jesús, siempre te he de adorar,
con solemnidad reverente.
Tu Nombre nadie podrá profanar;
porque daré la vida, para honrarte, oh Dios viviente.
Oh Fiel y Verdadero, la Palabra de tu santo ministerio,
permanece cincelada en el viento.
Poseer su conocimiento es un gran privilegio;
bastará escudriñarla en la inmensidad del universo.
Oh Cordero inmolado, el inconmensurable amor de tu sacrificio en la cruz del Calvario,
no ha quebrantado el tibio corazón del ser humano.
Oh Rey de la gloria, el don de la fe es el precioso regalo,
que has convertido en bendición, para el que del paraíso es salvo.
Paz de Cristo
nos abre la puerta eterna, que nadie puede cerrar.
De la verdad de tu Palabra, da conocimiento el Santo Espíritu,
que es el perfecto don de lo alto, para ser investidos con la preeminencia de amar.
Al ser nueva criatura,
eres sellado por la eternidad.
Sé fiel a la Sagrada Escritura,
y serás blindado, ante la involución contumaz.
Oh Cristo Jesús, siempre te he de adorar,
con solemnidad reverente.
Tu Nombre nadie podrá profanar;
porque daré la vida, para honrarte, oh Dios viviente.
Oh Fiel y Verdadero, la Palabra de tu santo ministerio,
permanece cincelada en el viento.
Poseer su conocimiento es un gran privilegio;
bastará escudriñarla en la inmensidad del universo.
Oh Cordero inmolado, el inconmensurable amor de tu sacrificio en la cruz del Calvario,
no ha quebrantado el tibio corazón del ser humano.
Oh Rey de la gloria, el don de la fe es el precioso regalo,
que has convertido en bendición, para el que del paraíso es salvo.
Paz de Cristo
lunes, 10 de diciembre de 2018
JONÁS EN CRISTO
Oh Cristo, la actitud insolente,
desvirtúa la obediencia.
Y, oh Señor Omnipotente,
al corazón inicuo darás el pago de su displicencia.
De tus fuerzas serás despojado,
si eres altivo e irreverente.
Oh Cristo Jesús, he conocido que por tu magnificencia fui creado,
cuando la obscuridad del Seol, en mí se hizo presente.
Oh Señor Jesucristo, misioneros somos de tu Palabra,
en cada circunstancia de nuestra vida.
Hemos de amar en tu Nombre a cada alma,
y será, oh Rey de reyes, por tu bienaventuranza convertida.
Oh Redentor, Tú eres, lento para la ira y grande en misericordia;
porque sabes que somos polvo.
Te debemos adoración desmedida,
para que se borre de tu santo pensamiento nuestro oprobio.
Oh Señor Todopoderoso, en ayuno y oración,
limpiaremos nuestra maldad irredimida.
Y clamamos ceñidos de cilicio, de la gracia el perdón,
para revestir de santidad, los pies que caminan por tu senda bendecida.
Paz de Cristo
desvirtúa la obediencia.
Y, oh Señor Omnipotente,
al corazón inicuo darás el pago de su displicencia.
De tus fuerzas serás despojado,
si eres altivo e irreverente.
Oh Cristo Jesús, he conocido que por tu magnificencia fui creado,
cuando la obscuridad del Seol, en mí se hizo presente.
Oh Señor Jesucristo, misioneros somos de tu Palabra,
en cada circunstancia de nuestra vida.
Hemos de amar en tu Nombre a cada alma,
y será, oh Rey de reyes, por tu bienaventuranza convertida.
Oh Redentor, Tú eres, lento para la ira y grande en misericordia;
porque sabes que somos polvo.
Te debemos adoración desmedida,
para que se borre de tu santo pensamiento nuestro oprobio.
Oh Señor Todopoderoso, en ayuno y oración,
limpiaremos nuestra maldad irredimida.
Y clamamos ceñidos de cilicio, de la gracia el perdón,
para revestir de santidad, los pies que caminan por tu senda bendecida.
Paz de Cristo
domingo, 9 de diciembre de 2018
OH SANTO ESPÍRITU, SAGRADA VERDAD EN CRISTO
En el fuego derramado del Espíritu,
oh Señor, sentimos tu presencia.
Guárdanos, oh Cristo,
en tu gozo, que es nuestra santa fortaleza.
El Invisible,
se humanó en ti, oh Señor Jesús.
Y al circunciso, la bendición celestial le hizo invencible,
con el resplandor de tu admirable luz.
El Fiel y Verdadero, nunca manifestó pecado,
en su pensamiento.
Y con su bienaventuranza has sido galardonado,
para revelación del Sagrado Testamento.
Oh Rey de reyes, tu Palabra propicia la salvación,
que me ha de llevar a la gloria.
Clama su eterno perdon,
para concebir infinita esperanza en la victoria.
Oh Redentor, nadie más da la paz,
que tu puedes dar.
Al angosto umbral de la eternidad,
le da visibilidad el que recibió de gracia, y da de gracia la excelencia de amar.
Paz de Cristo
oh Señor, sentimos tu presencia.
Guárdanos, oh Cristo,
en tu gozo, que es nuestra santa fortaleza.
El Invisible,
se humanó en ti, oh Señor Jesús.
Y al circunciso, la bendición celestial le hizo invencible,
con el resplandor de tu admirable luz.
El Fiel y Verdadero, nunca manifestó pecado,
en su pensamiento.
Y con su bienaventuranza has sido galardonado,
para revelación del Sagrado Testamento.
Oh Rey de reyes, tu Palabra propicia la salvación,
que me ha de llevar a la gloria.
Clama su eterno perdon,
para concebir infinita esperanza en la victoria.
Oh Redentor, nadie más da la paz,
que tu puedes dar.
Al angosto umbral de la eternidad,
le da visibilidad el que recibió de gracia, y da de gracia la excelencia de amar.
Paz de Cristo
sábado, 8 de diciembre de 2018
OID LA PALABRA, Y SERÉIS SALVOS EN CRISTO
La fe es por el oír, y el oír, por la Palabra de Dios:
única condición indispensable, para tu salvación.
Haz, oh Cristo, que mis deseos
coincidan con tu Sagrada Escritura, en su aprobación.
Oh Cristo Jesús, Tú te manifestaste en carne,
para ser el Santo de Israel, ante toda la humanidad.
Te despojaste del cetro de único Dios; y fuiste el Hijo del Hombre,
para dar a conocer tu todopoderosa santidad.
Oh Señor Jesucristo, el resplandor del reino,
se hizo visible, en tu predicación de las buenas nuevas de salvación eterna.
Oh Fiel y Verdadero, en tu santo ministerio,
el alma que creyó fue de gloria en gloria.
El don de la fe, es un regalo del Señor Omnipotente,
que de nadie es propiedad.
Suplantarla es imposible,
sino te la concede el Rey de la eternidad.
Oh Cordero inmolado, Tú eres el autor de la vida,
y el consumador de la fe.
Por gracia salvarás tu alma,
si crees por el Espíritu, en lo que no se ve.
Paz de Cristo
única condición indispensable, para tu salvación.
Haz, oh Cristo, que mis deseos
coincidan con tu Sagrada Escritura, en su aprobación.
Oh Cristo Jesús, Tú te manifestaste en carne,
para ser el Santo de Israel, ante toda la humanidad.
Te despojaste del cetro de único Dios; y fuiste el Hijo del Hombre,
para dar a conocer tu todopoderosa santidad.
Oh Señor Jesucristo, el resplandor del reino,
se hizo visible, en tu predicación de las buenas nuevas de salvación eterna.
Oh Fiel y Verdadero, en tu santo ministerio,
el alma que creyó fue de gloria en gloria.
El don de la fe, es un regalo del Señor Omnipotente,
que de nadie es propiedad.
Suplantarla es imposible,
sino te la concede el Rey de la eternidad.
Oh Cordero inmolado, Tú eres el autor de la vida,
y el consumador de la fe.
Por gracia salvarás tu alma,
si crees por el Espíritu, en lo que no se ve.
Paz de Cristo
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