Libertad al corazón,
de toda impureza.
Somételo, oh Señor Jesucristo, a la circuncisión,
que le guardará en la paz eterna.
Seré libre,
cuando,oh Cristo Jesús, de la bondad del pensamiento y la intención,
hagas coincidente
a mi corazón.
No seas esclavo del pecado,
con tus perversos pensamientos.
Oh Rey de reyes, hazme bienaventurado,
despojando al corazon de los malévolos asedios.
Toma tu cruz,
y da la vida por Cristo.
En el corazón resplandecerá la luz,
si en su interior mora el Santo Espíritu.
Oh Redentor, Tú pesas el corazón,
con la eterna balanza.
Derrama tu santa unción;
y al ser consagrada, mi alma será salva.
Paz de Cristo
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