EL GRADO DE IGNORACIA HUMANA SE REDUCE A SU PROPIA FRUSTRACIÓN, OH CRISTO

• Jesús, enseña: Escribe al ángel de la iglesia en Filadelfia: Esto dice el Santo, el Verdadero, el que tiene la llave de David, el que abre y ninguno cierra, y cierra y ninguno abre: 
• Yo conozco tus obras; he aquí, he puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar; porque aunque tienes poca fuerza, has guardado mi palabra, y no has negado mi nombre. 
• He aquí, yo entrego de la sinagoga de Satanás, a los que dicen ser judíos y no lo son, sino que mienten; he aquí, yo haré que vengan y se postren a tus pies, y reconozcan que yo te he amado.
• Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra. 
• He aquí, yo vengo pronto; retén lo que tienes, para que  ninguno tome tu corona. 
• Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo.
• El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. 
• Oh mi Cristo, de gracia,  nos has asido a tu gloria eternamente;
• pero creer en tu santo nombre, es la condición insoslayable.
• Y es que, el que no creyere en el nombre del unigénito Hijo de Dios, ya ha sido condenado.
• Y para preservar a tu alma de la segunda muerte; tu nombre llevo escrito en mi excelsa diestra.
• Con la irreverencia socava tu frustración el diablo; para que desnortado en tu extravío, no pudieres traspasar el umbral de la gloria eterna. 
• Nuca optarás a la salvación; sino anduvieres como el Hijo del Hombre, por la parte estrecha del embudo.
• Ten meridianamente claro la percepción y el cumplimiento de las bíblicas promesas.
•            Paz de Cristo