- La Biblia enseña: Oh Jehová, tú me has examinado y conocido.
- Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme; has entendido desde lejos mis pensamientos.
- Has escudriñado mi andar y mi reposo, y todos mis caminos te son conocidos.
- Pues aún no está la palabra en mi lengua, y he aquí Jehová, tú la sabes toda.
- Detrás y delante me rodeaste, y sobre mí pusiste tu mano.
- Tal conocimiento es demasiado maravilloso para mí; alto es, no lo puedo comprender.
- ¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia?
- Si subiere a los cielos, allí estas tú; y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás.
- Si tomare las alas del alba y habitare en el extremo del mar,
- aun allí me guiará tu mano, y me asirá tu diestra.
- Si dijere: Ciertamente las tinieblas me encubrirán; aun la noche resplandecerá alrededor de mí.
- Aun las tinieblas no encubren de ti, y la noche resplandece como el día; lo mismo te son las tinieblas que la luz.
- Oh mi Cristo, por tu bendita gracia, el errático mundo fue hasta el extremo bendecido.
- Y por tu grandiosa misericordia, consumaste la manera de atar, sin distinción, cualquiera de los cabos sueltos.
- Porque en tu santuario eterno, jamás quisiste discriminar a ningun ser humano creado a tu imagen y semejanza, según los principios bíblicos. Y has hecho un tabernáculo de gloria, oh Señor, para que nuestro ser en el dia postrero, diere cuenta sobre la santidad de sus cinco sentidos.
- La connivencia con tu única y perfecta verdad, ha de ser perfecta, oh Cristo de la gloria.
- Emularte, oh Rey de reyes, ha de coincidir con la premisa de ser santo.
- Este conocimiento es un referente inabarcable para nuestro atribulado ser.
- Que nada difuso interceda en nuestra gracia Cristocéntrica.
- Es tu ubicuidad, oh Sumo Redentor, la que nos da la medida de tu creación universal.
- El discípulo irreprensible, oh gran Yo Soy, siempre tendrá el gozo de poderte amar.
- Esta ha de ser la sana doctrina, para no extraviarnos en las obscuridades de la tierra.
- El dia y la noche forman parte del celestial fin.
- Y sobre todas las cosas, el Todopoderoso Señor y Salvador Jesucristo es nuestra gloriosa plenitud.
- Paz de Cristo
domingo, 17 de agosto de 2025
CON NADA PODRÁS SUPLIR AL TODOPODEROSO SEÑOR Y SALVADOR JESUCRISTO
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