LO QUE TE LLEVA DE MUERTE A VIDA ES AMAR EN EL AMOR DE CRISTO

• La Biblia enseña: Hermanos míos, no os extrañéis si el mundo os aborrece.
• Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida, en que amamos a los hermanos. El que no ama a su hermano permanece en muerte.
• Todo aquel que aborrece a su hermano es homicida; y sabéis que ningún homicida tiene vida eterna permanente en él. 
• En esto hemos conocido el amor, en que él puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos. 
• Pero el que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad, y cierra contra él su corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él?
• Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad. 
• Y en esto conocemos que somos de la verdad, y aseguraremos nuestros corazones delante de él,
• pues si nuestro corazón nos reprende, mayor que nuestro corazón es Dios, y él sabe todas las cosas.
• Amados, si nuestro corazón no nos reprende, confianza tenemos en Dios;
• y cualquiera cosa que pidiéremos la recibiremos de él, porque guardamos sus mandamientos, y hacemos las cosas que son agradables delante de él.
• Y éste es su mandamiento: Que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo, y nos amemos unos a otros como nos lo ha mandado. 
• Y el que guarda sus mandamientos, permanece en Dios, y Dios en él. Y en esto sabemos que él permanece en nosotros, por el Espíritu que nos ha dado.
• Oh mi Cristo, caso omiso han de hacer tus discípulos ante lo que en el mundo acontece.
• Todo acto reprobado al hermano, delata un espíritu inerte.
• Y esta gravísima displicencia, desagrada al autor y consumador de la fe.
• El sublime amor emanó del Cordero inmolado, cuando nos redimió en su muerte, y muerte de cruz; y sus siervos, para tal emulación habremos de ser probados.
• Y el amor fingido, es la manifestación propia del identificado impostor delatándose.
• Los hechos irrefutables son el fruto del heraldo en santidad. 
• La espiritual pureza viene universalmente dada por el don de la fe.
• La única y perfecta verdad pone en alerta al corazón sobre las almas sórdidas.
• Y los únicos que se libran  de la reprensión son los fieles consagrados.
• Y es que, los mimbres que nos sustentan con firmeza son los de la sobrenatural fe. 
• Porque creer en el nombre de Cristo Jesús, es la áurea definición del bienaventurado. 
• Las oraciones incensadas que suben a la gloria, son  las inherentes al  discípulo santificado. 
•            Paz de Cristo