La esclavitud en el amor
preside la libertad,
que en Cristo Nuestro Señor,
es celestial potestad.
Medida sin medida.
En el amor,no hay largo,ancho y alto,
en el que tenga cabida;
el limite,nos lo da el Espíritu de Dios,que es santo.
Jesucristo juzga el alma,
sabe cuanto amor contiene;
porque la imperceptible magnitud que emana,
en su omnisciencia es visible.
Divino verbo es amar,
absoluta su perfección:
transparente pureza al dar,
en la bondad del corazón.
Amén.
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