Señor Jesucristo,mi confesor eres,
en la vida, muerte y sepultura.
Lleno fui de tus bienes,
que administré con escasa magistratura.
Los errores se suceden,
por la necedad del entendimiento.
Nuestras palabras enmudecen;
porque su Palabra es el fundamento.
Desaprender lo aprendido,
nos lleva ha estar vigilantes,
y borrar el sometimiento;
para vivir en el Espíritu,revelaciones brillantes.
No hay control en el que Dios no obre,
pídele ayuda humildemente,
y deja que Jesús te sane;
porque en su nombre,el milagro esta latente.
Fuera del Señor,
el contenido es vano.
Busca en su Evangelio, de inmenso valor,
y hallarás las buenas nuevas en Cristo, para poder ser santo.
Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario