La esencia es creer.
El Señor, nos invita
en su poder
a la Unción que resucita.
Los milagros viven
en el corazón.
Obrando el bien,
si a Cristo clamas, invócale con contrición.
El milagro,Señor Jesucristo,fue inesplicable:
sucedió en el vacio inerte,
cuando, tendiendome tu mano amable,
me salvaste de la muerte.
En su manto
se mueve el Espíritu,
y el más Santo,
en un instante, sepultó la enfermedad que nos infligió el maligno.
Oye el mensaje
que te llega de lo alto;
y se hará real por tu fe,
en el Nombre de Jesús, el milagro del milagro.
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