Majestuoso Jesucristo,
en su trono de eternidad:
esgrimiendo el báculo profético;
sentenciará,con misericordia y justicia,el cumplimiento de la verdad.
Todos al descubierto.
Nadie podrá esconder sus hechos:
los arrepentidos en Cristo.
Y aquellos,que presos del pecado,lo encubrieron con derechos.
El Señor leerá tu alma,
como un libro abierto de invisible letra.
Tus caminos reandará.
Y en tu juicio sentirás, la espada de doble filo, que el Espíritu penetra.
Los salvos velarán contra toda iniquidad.
Con su incorrupto resplandor,
serán anunciadores de la oscura impunidad.
El Padre Eterno, victorioso nos juzgará, que es Cristo Jesús nuestro Señor.
Amén.
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