Si clamas al Señor,
cíñete espiritualmente.
Pídele con fervor,
y te responderá sabiamente.
Cristo observa tu alma
si en el ayuno hay propósito,
toda dificultad se allana;
porque Dios se muestra piadoso.
Llama a Jesús con fe,
y pureza en su Gracia.
El gran Yo Soy todo lo ve,
impartiendo justicia que sacia.
Al Santo y Eterno
alábale con solemnidad,
y confíesale tu secreto
confiando en su bondad.
Busca a Jesucristo en oración,
con el corazón quebrantado.
Y en su exaltación,
si has creído,seras bienaventurado.
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