- Jesús, dijo: Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
- Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.
- El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creido en el nombre del unigénito Hijo de Dios.
- Y ésta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas.
- Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas.
- Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios.
- Oh mi Cristo, sin recibir tu gloriosa bendición, nos sería inasumible la salvación plena.
- Y es que, el umbral de la gloria, únicamente lo traspasará el que profesare la Cristocéntrica fe.
- El Todopoderoso guarda a sus auténticos hijos en la celestial gracia, bendito designio de los piadosamente consagrados.
- Oh Rey de la gloria, el que se vanagloriaba de su impostura, nunca interiorizó tus precisas y preciosas buenas nuevas.
- Porque, oh Santo, las divergencias del siervo errático, siempre fue contrarias a tus Sagradas Escrituras, y espuriamente retorcidas.
- Pero el perfecto siervo del Altísimo, predica con denuedo el Evangelio de la gracia, para que la gloria del Soberano Redentor, se haga manifiesta en el obscurantismo de los espiritualmente sórdidos.
- Paz de Cristo
lunes, 9 de septiembre de 2024
LA PUREZA ESPIRITUAL ABOCA A LA SANTIDAD EN CRISTO
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