- Jesús, dijo: Así que, no los temáis; porque nada hay encubierto, que no haya de ser manifestado; ni oculto, que no haya de saberse.
- Lo que os digo en tinieblas, decidlo en la luz; y lo que oís al oído, proclamado desde las azoteas.
- Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno.
- ¿No se vende dos pajaritos por un cuarto? Con todo, ni uno de ellos cae a tierra sin vuestro Padre.
- Pues aun vuestros cabellos están todos contados.
- Así que, no temáis; más valéis vosotros que muchos pajarillos.
- A cualquiera, pues, que me confiese delante de los hombres, yo también le confesaré delante de mi Padre que está en los cielos.
- Y a cualquiera que me niegue delante de los hombres, yo también le negaré delante de mí Padre que está en los cielos.
- Oh mi Cristo, es tu majestuosa luz, la que nos permite deshacer el pernicioso lastre recurrente.
- Porque ante la cúspide del mediodía, sucumben las más sordidas tinieblas.
- El temor nunca más lastrará tu corazón, porque se volvió ausente del séptico recuerdo.
- Hasta lo infinitesimal se sobredimensiona, oh Eterno, en tu manifiesto poder omnisciente.
- Y esto, por el poder de la gracia, sólo lo creen los siervos bienaventurados.
- Todo esto, es inherente al cumplimiento de los preceptos bíblicos.
- El grado culmen de comunión con el Padre, nos hace partícipes de sus gloriosos anhelos;
- además, de sus principios eternos.
- Paz de Cristo
domingo, 8 de septiembre de 2024
LA SORDIDEZ IMPERANTE EN EL MUNDO LASTRA AL SER HUMANO, OH CRISTO
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