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jueves, 22 de agosto de 2024

LA IMPOTENCIA DEL SER HUMANO LE RADICALIZA EN EL PECADO, OH CRISTO

  • La Biblia enseña, Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: 
  • ¿Qué pensáis vosotros, los que usáis este refrán sobre la tierra de Israel, que dice: Los padres comieron las uvas agrias, y los dientes de los hijos tienen la dentera?
  • Vivo yo, dice Jehová el Señor, que nunca más tendréis por qué usar este refrán en Israel. 
  • He aquí que todas las almas son mías; como el alma del padre, así el alma del hijo es mía; el alma que pecare, esa morirá. 
  • Y el hombre que fuere justo, e hiciere según el derecho y la justicia;
  • que no comiere sobre los montes, ni alzare sus ojos a los ídolos de la casa de Israel, ni violare la mujer de su prójimo, ni se llegare a la mujer menstruosa, 
  • ni oprimiere a ninguno; que al deudor devolviere su prenda, que no cometiera robo, y que diere de su pan al hambriento y cubriera al desnudo con vestido,
  • que no prestare a interés ni tomare usura; que de la maldad retrajere su mano, e hiciere juicio verdadero entre hombre y hombre,
  • en mis ordenanzas caminare, y guardare mis decretos para hacer rectamente, éste es justo, éste vivirá, dice Jehová el Señor. 
  • Oh mi Cristo, nada obra fuera de tu predicamento.
  • ¿Es su impotencia lo que al ser humano exaspera?
  • Nuestra percepción espiritual, oh Señor, nos vino dada por el don de la fe.
  • Oh Santo, Tú viniste a deshacer las obras del diablo, para que el umbral del cielo toda alma proba pudiere traspasar. 
  • El paso primordial del genuino siervo, ha de ser la antítesis de la estulticia;
  • desestimar de plano la naturaleza ociosa,
  • para erigirse en un irreprensible discípulo; 
  • siguiendo tu sagrada huella, oh Hijo del Hombre.
  • Porque la salvación es individual. Y únicamente será, para el que profese, sin fingimiento, un inmarcesible amor.
  •          Paz de Cristo 

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