EN LA INFINITESIMAL PROBABILIDAD DE SANAR SE MUEVE EL TODOPODEROSO SEÑOR Y SALVADOR JESUCRISTO

• La Biblia enseña: Bendice, alma mía, a Jehová, y bendiga todo mi ser su santo nombre. 
• Bendice, alma mía, a Jehová, y no olvides ninguno de sus beneficios. 
• Él es quien perdona todas tus iniquidades, el que sana todas tus dolencias;
• el que rescata del hoyo tu vida, el que te corona de favores y misericordias;
• el que sacia de bien tu boca de modo que tecrejuvenezcas como el águila. 
• Jehová es el que hace justicia y derecho a todos los que padecen violencia. 
• Sus caminos notificó a Moisés, y a los hijos de Israel sus obras.
• Misericordioso y clemente es Jehová; lento para la ira, y grande en misericordia. 
• No contenderá para siempre, no para siempre guardará el enojo. 
• No ha hecho con nosotros conforme a nuestras iniquidades, ni nos ha pagado conforme a nuestros pecados.
• Porque como la altura de los cielos sobre la tierra, engrandeció su misericordia sobre los que le temen. 
• Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones. 
• Como el Padre se compadece de los hijos, se compadece Jehová de los que le temen. 
• Porque él conoce nuestra condición; se acuerda de que somos polvo. 
• Oh mi Cristo, jamás tendrá desánimo nuestro corazón para bendecirte.
• Porque le privarías de sus espirituales prodigios.
• Nadie hará desdén de las sanaciones, con su piadosas clemencias. 
• Porque así obran, oh Señor, tus perfectas providencias.
• Y las señales de tu excelsa gracia. 
• No existe mayor justicia, oh Santo, que la proveniente de tu magnificencia. 
• Nada es obstáculo para tus benditas glorias.
• Y todo surge, oh Rey de reyes, cuando nos das singular vida.
• Porque de tu santísima verdad, recibimos un inconmensurable gozo.
• Y es que, oh Cristo de la gloria, con tu redención nos dado gracia para ser bienaventurados.
• La percepción de tu misericordia, oh Eterno, es para los que a su estatura un palmo añaden.
• Y así, poder hacer verosimiles tus bendiciones.
• Y ha lugar aquí, oh gran Yo Soy, a los siervos que tu amor sienten.
• Porque tu piedad, oh Sumo Redentor, no la puede concebir un espíritu indocto.
•             Paz de Cristo