- La Biblia enseña: Porque sabemos que si nuestra morada terrestre, este tabernáculo, se deshiciere, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna, en los cielos.
- Y por eso también gemimos, deseando ser revestidos de aquella nuestra habitación celestial;
- pues así seremos hallados vestidos, y no desnudos.
- Porque asimismo los que estamos en este tabernáculo gemimos con angustia, porque no quisiéramos ser desnudados, sino revestidos, para que lo mortal sea absorbido por la vida.
- Mas el que nos hizo para esto mismo es Dios, quien nos ha dado las arras del Espíritu.
- Así que vivimos confiados siempre, y sabiendo que entre tanto que estamos en él cuerpo, estamos ausentes del Señor
- (porque por fe andamos, no por vista):
- pero confiamos, y más quisiéramos estar ausentes del cuerpo, y presentes al Señor.
- Por tanto procuramos también, o ausentes o presentes, serle agradables.
- Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo.
- Oh mi Cristo, en tu majestuosa fidelidad, confiamos tus irrepensibles siervos.
- Y porque tu gracia es providencial,
- oh Santo, de la unica y perfecta verdad, sobrenaturalmente hemos sido ceñidos.
- Impaciencia genera en nuestro corazón, el postrero y encriptado día.
- Gozo extremo tenemos los irreprensibles heraldos de nuestro Señor Jesucristo.
- No nos cabe más grandioso honor,
- porque el don del Altísimo, en nuestro ser rebosa,
- fluyendo inmarcesible a la sazón.
- Y es que, su ubicuidad esquiva los limite universales.
- En el jucio final, oh Omnipotente, habrás de dirimir tu singular sentencia, de entre los más liberticidas, insumisos e irreverentes del genero humano.
- Paz de Cristo
domingo, 16 de febrero de 2025
SED HERALDOS PIADOSOS EN CRISTO JESÚS
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario