El amor es la eternidad del sentimiento en Cristo,
su abstracta y perfecta medición,
es mérito
de la inmensa transparencia, que obra en el corazón.
Perdonas la ofensa al instante,
con la benevolencia,
que en Jesucristo vives, gozándote
y exaltando su Evangelio,lleno de solemne obediencia.
En la prueba crees en el Señor;
porque su piedad
es amor,
de luminosa majestad.
Soportas la contumacia del error
en el prójimo,
sublimando el amor
con su poder excelentísimo.
Se delicado
en lo que piensas y haces;
porque cumplido lo pactado,
si el amor no interviene, a Jesús no enalteces.
La sabiduría no te encumbra
ante los ojos del Señor de Señores,
si la misericordia de su Gloria
no se derrama en tu corazón; y te llena de amor sin condiciones.
El amor no se limita,
toca el fondo del alma;
y solo en Cristo te invita,
a amar al que no ama.
Si miras al Señor,
con el espíritu en paz:
transfigurado sera tu amor,
por Dios en la Eternidad.
Amén.
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