En la verdad de Jesucristo
se fundamenta tu libertad.
Él, en carne se manifestó,
y dio testimonio de su Divinidad.
Jesús, nos enseño el camino, la verdad y la vida
a través de su ejemplo.
El Espíritu Santo, nos ayuda
a saber, que nuestro cuerpo es su templo.
Amar a Dios es lo primero,
y luego has de guardar sus mandamientos;
para que en el día postrero
muestres a Cristo, el fruto de tus hechos y pensamientos.
Si amaneces cada día en el Señor,
dale las gracias;
porque es tu proveedor,
y gloríate en Él, con atronadoras alabanzas.
Ya no tienes ataduras,
Cristo está en tu mente;
y te resuelve las dudas,
alumbrándote sabiamente.
En tu humildad
muestra la fortaleza.
Llénate de santidad;
para que Dios se glorifique en tu existencia, con toda su grandeza.
Amén.
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