Oh Cristo, solo el Santo Espíritu,
te lleva a la verdad.
Y perfeccionará tu yerro,
en el camino de eternidad.
Oh Cristo Jesús, la provisión de la dádiva celestial,
le ha sido concernida al Espíritu Santo.
Su gran predicamento es la libertad,
que te eleva a la pureza de lo perfecto.
Oh Señor Jesucristo, tu omnipresencia nos embargó por sorpresa;
y seducidos fuimos por tu santidad, hasta vernos postrados a tus pies.
La recompensa será de excelencia,
al descubrir por el Espiritu, la línea que delimita el haz del envés.
Oh Rey de reyes, tu respetas la actitud de salvación o condenacion
del ser humano.
Su decisión,
es resuelta en un contexto voluntario.
Oh Señor de señores, por el Espiritu Santo,
fuimos sellados.
Y con nada, oh Sumo Hacedor, nos has coaccionado,
para ser de tu gloria salvos.
Paz de Cristo
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