Oh Cristo, un encuentro en tu refugio,
he de tener.
Tu protección me libró del infierno,
e inexpugnable fue mi ser.
Oh Cristo Jesús, de la soledad,
hemos sido presos.
Elévate para ver la eternidad,
con las sublimes alas de los cielos.
Oh Señor Jesucristo, los caminos,
el maligno los transformó en encrucijadas.
En tus tiempos, oh Señor, tu conversión nos hizo hijos;
y hemos superado en tu Nombre, todas las pruebas asignadas.
Oh Redentor, la Palabra,
es mi dulce alimento.
El que ama,
ha de amar sobre todo al Fundamento.
Oh Salvador, en el trono de la gracia,
me has guardado.
Y dije al mundo: ¡Basta ya!
Para ser bienaventurado.
Oh Señor Omnipotente, turbias son las aguas de lo vil,
que buscan ser purificadas.
La excelencia se deshizo de lo fútil;
cuando, oh Jehová, desde tu transparente corazón hablan las almas.
Paz de Cristo
No hay comentarios:
Publicar un comentario