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martes, 9 de marzo de 2021

FILIPENSES 3:7,8 EN CRISTO

  • Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor a Cristo. 
  • Y ciertamente, aun estimo todas las cosas, como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo. 
  • Únicamente en la obediencia al Sagrado Escrito,
  • edificarás los pensamientos y las intenciones del corazón en el Santo Espíritu. 

  • La Biblia dice: Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida. 
  • Aparta de ti la perversidad de la boca, y aleja de ti la iniquidad de los labios.
  • Oh mi Cristo, que los mimbres de tu Espíritu sean el maná de cada día, 
  • para en tu glorioso nombre poder guardarnos. 

  • Jesús, asevera; Mas yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ellas darán cuenta en el día del juicio. 
  • Porque por tus palabras serás condenado, y por tus palabras serás justificado. 
  • Oh Rey de reyes, de todo lo que digamos, nada dejarás en el olvido,
  • sino que seremos confrontados, oh Señor, con la Palabra que Tú nos has anunciado. 

  • La Biblia enseña: Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno.
  • Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios; orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos; y por mí, a fin de que al abrir mi boca me sea dada palabra para dar a conocer con denuedo el misterio del evangelio, por el cual soy embajador en cadenas; que con denuedo hable de él, como debo hablar.
  • Toda asechanza del diablo, habrás de derribar, para dejar expedito tu eterno destino;
  • porque solo al Señor de señores has de amar.

  • Jesús, precisó: Al que oye mis palabras, y no las guarda, yo no le juzgo; porque no he venido a juzgar al mundo, sino a salvar al mundo.
  • El que me rechaza, y no recibe mis palabras, tiene quien le juzgue; la palabra que he hablado, ella le juzgará en el día postrero. 
  • Limpiaos por la Sagrada Palabra, lo que es inherente a vuestro espíritu moribundo, 
  • para ser siervos perfectos del Fiel y Verdadero. 
  •                        Paz de Cristo 

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